¿México deprimido?

La vida en sociedad no siempre es estimulante ni motivadora para vivir en la felicidad, la alegría y la paz interior, al contrario el ambiente social que se vive en México presenta grandes desafíos que ninguna sociedad merece afrontar para trabajar, para vivir y para tener hijos; la corrupción, la violencia, la impunidad, la disfuncionalidad institucional son hechos cotidianos que propician lapsos de tristeza, de apatía, pesimismo o ansiedad, de abatimiento del estado emocional en general y se viven etapas que pueden resultar peligrosas por inducir a estados depresivos que pueden ser graves.

Según la Organización Mundial de la Salud actualmente hay 350 millones de personas que padecen depresión y la cifra va en aumento.

En este país la depresión es ya un problema de salud pública que debiera ser atendido con urgencia. La insatisfacción laboral es uno de los muchos factores que pueden afectar la salud mental. Frecuentemente los climas laborales son particularmente inhumanos y propiciatorios de serias etapas de depresión: hay casos de largos trayectos que implican horas para llegar a los centros laborales, la convivencia con supervisores y equipos de trabajo suelen ser poco agradables y para colmo, tener que realizar actividades que disgustan sin que haya alternativa, los bajos salarios, la violencia laboral, son factores que producen estrés que puede llegar a ser crónicos y de ahí pasar a la depresión es fácil.

Los contextos urbanos predominantes de hacinamiento familiar y escolar, de violencia pandilleril y drogadicción juvenil son también coadyuvantes al surgimiento de la depresión al sentirse atrapados sin salida.

El ambiente social de este país en general induce al desánimo, después de los sismos de septiembre más de 250 mil de familias se quedaron sin hogar y en muchos casos, sin esperanza de recuperarlos.

Los niveles de violencia han alcanzado rangos de masacres de guerra y representan una emergencia nacional al poner en riesgo la estabilidad de la Nación (Ma. Elena Morera, REFORMA), se estiman más de 100 mil muertos, más de 30 mil desaparecidos además de 170 mil desplazados de sus lugares de origen; cómo no angustiarse al vivir en esos contextos de riesgo y muerte sin esperanza de que haya autoridad que las combata, Peña Nieto se ha cruzado de brazos ante el incremento exponencial de la violencia, con una actitud de “no me toca”, él se mantiene “jodiendo a México” y la descomposición social se extiende.

En la situación económica este año la inflación cerrará en 6.66 por ciento, la más alta en 16 años, las causas son los aumentos en los energéticos, la luz y el gas, la gasolina todos los días sube algunos centavos, la promesa de Peña Nieto fue que éstos no aumentarían, fue mentira, los aumentos en los precios de los alimentos no se detienen.

Este es un somero recuento del estado en el que se encuentra el país, que de halagüeño no tiene nada así que el ambiente es más que propicio para el incremento de la depresión.

Pero Saltillo, siendo una de las ciudades más seguras del país, la más sustentable y competitiva, la 2ª mejor para vivir, después de Mérida, un municipio “en el que sus ciudadanos todos los días buscan el bien común, se ocupan en cómo lograr sus objetivos a través de la participación ciudadana porque están empoderados”, dijo Chido, perdón Chilo pero esta ciudad registra una alta cifra de suicidios, hecho que refleja hostilidad, animadversión e inconformidad, ¿por qué?

La contradicción no tiene respuesta hasta ahora, pero lo que se observa es que las autoridades están en la complacencia, organizar platiquitas es absolutamente insuficiente, la conexión con las autoridades de salud del estado y las del país, aunque sean priistas es urgente, no pueden seguir dando explicaciones cursis.

Urge investigar en qué sectores sociales se presentan los suicidios y las causas, además del contexto familiar y social en él se dan, detectar a tiempo la depresión y su sintomatología es primordial.

Pero Chilo ya se va y no le quiso entrar a este problema de vida o muerte de la ciudad a la que dice que gobernó, y así está México.

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