El abandono de los refugios.

Una de las mayores fuerzas que mueven al mundo
actual es la revolución de la igualdad.
Bárbara Ward.

Los refugios para las mujeres maltratadas son una medida extrema que pretende proteger de la violencia familiar a las víctimas, mujeres y niños.

De manera que los esfuerzos por mitigar la violencia contra las mujeres se han multiplicado. Desde la segunda mitad del siglo 20 el empeño de las mujeres del mundo se orientó a la lucha en contra de la violencia y la desigualdad; en 1971 en Hounslow, Gran Bretaña, se fundó el primer centro de mujeres que ofrecía protección a las sobrevivientes de la violencia doméstica y en los Estados Unidos, la primera línea telefónica para casos de emergencia se instaló en Washington DC.

Los primeros refugios atendían a las que presentaban situaciones emocionales provocadas por la violencia y necesidades de servicios, jurídicos, sociales y médicos; en la década de 1970 a 1980 hubo avances muy importantes en Europa, Estados Unidos y Australia, los refugios y servicios para las mujeres se extendieron, tanto a través de materiales impresos como en la difusión de mensajes dirigidos al público en general para llegar a la concientización de esta problemática.

Durante las 2 décadas de este siglo los compromisos para que las mujeres y las niñas se libren del maltrato se han incrementado aunque son muchos los países en los que no hay todavía una cobertura adecuada de refugios ni alojamiento seguro en éstos.

En 2008 se realizó la Primera Conferencia Mundial de Refugios para mujeres en Alberta, Canadá, las y los participantes manifestaron que de ahí surgieron diversas iniciativas de aprendizaje, de vinculación, de comunicación, de organización e investigación y se lograron avances para consolidar la Red Mundial de Refugios con el objetivo de unir el movimiento de albergues para poner fin a la violencia y maltrato de las mujeres y sus hijos y defender sus derechos humanos.

Desde 2004, en México la Red Nacional de Refugios agrupa a un número importante de éstos, tanto públicos como privados y su propósito es que las mujeres se atrevan a romper el ciclo de violencia de género que familiar o laboralmente padecen mediante talleres y prácticas que las inducen a su empoderamiento.

El Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR) de la Secretaría de Salud federal, tiene a su cargo dotar el presupuesto asignado a los refugios y centros de atención externa para que las mujeres y sus hijos en situaciones de violencia reciban protección y atención integral.

El año pasado el Senado de la República, a través de la Comisión de Equidad de Género exhortó al CNEGSR a evitar los subejercicios del presupuesto establecido para estos fines ya que los albergues se encuentran contemplados en el ramo 12 de salud y se presumía un subejercicio de 11 millones 411 mil 880 pesos, de lo destinado para los refugios y sus centros de atención externa para mujeres maltratadas, de un presupuesto total de 286 millones 100 mil pesos para los 72 que operan en México.

Para la importante labor que desempeñan los refugios que existen en Coahuila reciben una miseria del presupuesto público, y todavía les quitan mediante los subejercicios, algunos se han visto obligados a despedir personal de apoyo, tanto psicólogos, abogados y trabajadores sociales, los cuales son indispensables para ejercer una labor eficaz en pro de las mujeres que padecen violencia.

Una demanda que seguramente la Comisión de Equidad Género del Senado atenderá sin demora es que se establezca una política pública de refugios que permita etiquetar recursos cada año y no que sean asignados mediante convocatorias como ahora sucede.

Los refugios para mujeres maltratadas son necesarios, es urgente su rescate y la asignación de recursos para poner fin a su endeudamiento y posibilidades de suspensión.

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