Sequía, la nueva normalidad

El mundo vive una nueva normalidad, la crisis hídrica. La crisis mundial del agua pone en riesgo a todo el planeta, afectando los ecosistemas acuáticos y terrestres y consecuentemente, a billones de personas por la falta de agua potable en condiciones sanitarias adecuadas. La pregunta es ¿era preciso llegar hasta esta situación para valorar debidamente a este insustituible y primordial elemento que la naturaleza nos brinda para vivir? El cambio climático agrava el estrés hídrico –ante todo en zonas con recursos de agua extremadamente limitados- lo que lleva a una mayor competencia por este recurso e incluso a conflictos graves.

El cambio en el clima presupone una disponibilidad de agua imprevisible, exacerbando la escasez y contaminando los suministros; hoy en día el cambio en el clima se siente principalmente a través de un cambio en el agua. Estos impactos pueden afectar drásticamente la cantidad y calidad del agua que los niños necesitan para sobrevivir. Los fenómenos meteorológicos extremos y los cambios en los patrones del ciclo del agua están dificultando el acceso al agua potable, especialmente para los niños y niñas más vulnerables.

Los expertos en el tema del agua y la crisis hídrica que se vive en la Región Sureste de Coahuila señalan que los responsables de la distribución del agua potable son los gobiernos, federal, estatales y municipales, Conagua  es el organismo federal que controla la extracción y uso de las aguas del subsuelo, aunque los conocedores aseguran que hay muy poca investigación sobre el comportamiento de los acuíferos que hasta ahora se están explotando y, qué mal, sobreexplotando y esto coloca a toda la población, la actual y la del futuro en una situación vulnerable. ¿A quién se le puede atribuir la omisión o la probable negligencia y desinterés en un tema tan importante, a la academia de especialistas y a los gobiernos?

Quizá se pueda responder que, al no haber problema, no hay que buscar soluciones o alternativas; tuvo que presentarse una intensa sequía para que se vislumbrase un futuro impredecible y peligroso para esta ciudad. El agua de Saltillo se vendió y las autoridades municipales y sus cabildos dejan a la empresa Aguas de Saltillo algunas de las decisiones sobre este recurso estratégico que según la ley les compete a ellos.

La sobreexplotación de los acuíferos de la Región Sureste indica que los saltillenses estamos bebiendo agua contaminada con fluoruro a causa las perforaciones de pozos cada vez más profundos que contienen agua fósil que resulta dañina para la salud. El agua contaminada supone una enorme amenaza primordialmente para la vida de los niños, niñas y adolescentes. Las enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento son una de las principales causas de muerte en niños menores de 5 años.

El crecimiento de la población no se detiene, su aumento continuará, lo que por lógica se requerirá más agua para los decenios del futuro. Es preciso que los ciudadanos, la gente común, nos preocupemos y nos ocupemos del cuidado del agua, porque Aguas de Saltillo se preocupa por venderla, ellos se irán pronto, al cumplir su ciclo de compromiso y no les importa el futuro inmediato, eso no les incumbe, según prueban los hechos.

Es necesario exigir a Chema un programa para el tratamiento de las aguas residuales, basta de descuido y negligencia, así como mayor precisión en su programa del agua de calidad para el consumo humano en el presente y para las futuras generaciones.

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