Secretos de Familia (capítulo LXVII). “Don Catón y la independencia”.

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Catón es simplemente, don Catón; un tipo genial que vive en Saltillo, de familias de acá y que sirve y actúa desde Coahuila y para el mundo.

Por años, muchos creo yo, hemos leído y sabido de don Armando Fuentes Aguirre, “Catón”. Y es que este personaje de Saltillo, es multifacético. Como es periodista es también conferencista; como es columnista es también historiador. Como es músico es poeta. Como es contador de chistes es también el Cronista de la Ciudad. Su perfil académico, su cultura y seriedad (amen de los chistes), lo hace atractivo a sirios y troyanos, a políticos y a empresarios, lo significa amigo de tantos a quienes no conoce siquiera. Es Catón nuestro orgullo local.

Hasta los eruditos se equivocan, y la erudición no es de índole humana en su construcción (pero es de humanos destacados y empeñosos, el ser erudito). Es una consecuencia de saber, del saber, del tanto leer, de escribir y describir la vida (en episodios, en espacios, en temas varios), y de entender (sobre todo). Pero el sentir no es fórmula (quizás) con la erudición. Las cosas del corazón humano, ese que obedece a instintos de amor, de afecto, de admiración, de lealtad a la amistad; de odios, inquinas y efectos similares; pueden equivocar a la mente más brillante (y la de don Catón lo es, eso me parece un hecho prístino).

Don Armando es erudito y es brillante, pero como nosotros, se ha equivocado. Pero cuidado, don Armando se equivoca en quien deposita sus afectos y lealtades, nunca en hacerlo. Dar afecto y ser leal nunca es equivocado, son acaso, los quienes, los receptores de estos efectos, los que equivocan el resultado. Don Armando no miró a quien  (como debe ser), y estos señores lo han usado.

Don Catón es más nuestro que de él mismo, y eso, quizás lo sabe. Siendo un tipo leal y con un genotipo amable, don Armando no reniega de sus amigos (sean quienes fueren). Los malagradecidos Moreira, incluidos. Ha defendido a Los Moreira, con el solo hecho de decirse su amigo, su maestro. Y aunque ahora las cosas son distintas, porque ha vivido en carne propia, el antiguo cuento de “te uso y te tiro”, y que quizás y solo quizás, siga siendo Humbertista y nunca más Rubenista; don Armando sigue creyendo en la amistad.

En el título de este capítulo “LXVII” (67 semanas consecutivas de trabajo editorial, de esta Saga Novelística), al hablar de la independencia, aparece la frase con minúsculas (y pudieron pensar que soy un inculto, y los soy; pero es que no hablo de la etapa histórica de nuestra patria libre, sino de la actitud de independizarse del yugo y del lastre políticos, también históricos. Del liberarse del secuestro del PRI por esta cauda de bandidos, de secuaces y de esbirros (de limpia cloacas y de ladys y lores fantasma). De hacerlo por la Independencia para Coahuila.

Independiente de aquello o aquel que nos subyuga, de aquella falsa amistad o de aquel uso indebido del afecto sincero, para el logro mordaz de fines particulares. La RAE dice: “Que no tiene dependencia, que no depende de otro. Que sostiene sus derechos u opiniones sin admitir intervención ajena”.

¡Armando Fuentes Aguirre se ha independizado! Por decisión propia, por personal análisis y conclusión directa. Lo ha hecho de los Moreira (es ahora independiente de ellos, de fachas y el bailador), y lo ha iniciado hacia Javier Guerrero García, el candidato independiente a gobernador, (a quien ha dado su aval personal y su firma desinteresada). Y es que don Catón ama a Coahuila, sabe que es momento de definiciones valientes (por la tierra, por nuestra patria chica que grita a sus hijos, emancipación del tirano). La postura ahora es en adhesión a su candidatura (a la de Guerrero), porque cree en él, simpatiza con su independencia

Hace meses, don Armando Fuentes Aguirre, dio vida a un proyecto personal que guardaba en su corazón bohemio. De paso, dio gusto al mandatario Rubén Moreira (hasta ese momento, su alumno lisonjero). “Donar su magna y entrañable biblioteca personal (construida con amor de años, con pasión de letras, con música del alma; con dineros ganados honradamente por los largos años de escribir, de conferenciar, de encaminar proyectos culturales), y disponerla en un recinto adecuado a la trascendente ocasión”. Un regalo para su tierra.

Raudo, Moreira mandó sacar a la secretaría de cultura del ICOCULT, de ese histórico recinto que era testigo fiel (y de fidelidades hablamos), del tallerismo, de la cultura, de la poesía y la historia, que hermana a muros y sitios, a poetas y teatristas, a la gente de las artes, con eso muros eruditos. (Revolviendo episodios que honran con deshonrosos actos, a la Moreira, se mandó a los talleres, las artes y a la burocrática secretaría de cultura, a un edifico sin ángel ni teatro, a un edifico de Jericó Abramo Masso, en el V. Carranza, donde se paga al diputado (a saber con qué acuerdos), 200mil pesos mensuales.

Aun con la advertencia a don Armando, por varios escritores y hasta por políticos, de que “estos señores” eran hábiles roba libros; Catón cedió su bagaje, regaló sus libros, todos ellos, (casi se cortó manos y pies), ¡el hecho estaba consumado!

Poco después vinieron las grabaciones de Aguillón, a Ismael Ramos diciendo a Catón que pagaría a Radio Concierto las cuentas vencidas, que a su hijo le pagarían también sus trabajos periodísticos y editoriales (como si cobrar el producto del trabajo, fuera un pecado.. y es que ellos, el gordo y el profe no saben de dinero bien habido). Una conversación privada que hicieron pública. Todo, en berrinche porque Armando Fuentes expresaba opiniones y al dictador (remedo de Atila) le parecían inadecuadas. Lo golpea de todas las formas posibles a partir de esa fecha, se quedó con la biblioteca familiar de los Fuentes Aguirre, y con el ICOCULT vacío (esas calles de Hidalgo y Juárez, son testigos amargos).

El gordo hace gala de sus fachas humanas, de su obesidad política y de su nula categoría espiritual. Catón no es propiedad de nadie y el patán de fachas no lo entendió (don Catón, es y será, acaso activo de la gente de su fiel Saltillo, pero de esta sociedad en su conjunto; nuca rehén de particulares).

Continuará…

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