¡Resucitó! – Alicia Pérez Hernández

La tumba está vacía ¡Resucito!        

A la muerte venció y al cielo ascendió

pero antes; dos mujeres muy de mañana

fueron a la tumba a ungirlo con especias aromáticas,

y al llegar hallaron la tumba abierta y vacía

y la piedra había sido removida y un varón

con vestido blanco les dijo;

¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

y ellas atemorizadas y sin hablar se fueron

 

Apenas habían caminado cuando se les apareció Jesús:

Y les dijo; ¡salve! id y contadlo a los discípulos

y ellas fueron y lo contaron a los discípulos. Pero no les creyeron.

Después dos de ellos que iban camino a Emaus

en el camino se les acercó Jesús  y les dijo; ¿ de qué platican?

Y ellos empezaron a contarle todo  ¿cómo no sabes?

Que  Jesús el Nazareno, Él, era  poderoso en obras

y hechos y hablaba la palabra de Dios con poder

delante de todo el pueblo y hacía milagros y prodigios

pero le prendieron y fue crucificado y murió en la cruz

 

Y dijo Jesús: ¡Oh insensatos y duros de corazón para creer!

y llegando a la aldea lo obligaron a quedarse ya era de noche

y sentados a la mesa partió el pan lo bendijo y les dio 

y les fueron abiertos los ojos, y reconocieron que Él, era

y estando los demás reunidos en Jerusalén se puso en medio 

y dijo: ¡paz a vosotros! Y se espantaron y dijeron; ¿espíritu es?

Pero Él, les dijo; porque estáis turbados mirad mis manos y mis pies,

Yo soy, palpad y ved un espíritu no tiene carne ni huesos,

Y yo tengo, les dijo: ¿tenéis algo de comer? Y le dieron

un pez asado y un panal de miel, y dijo; escrito está:

Que era necesario que el hijo del hombre padeciese y resucitase

De entre los muertos al tercer día y se predicase en su nombre

El arrepentimiento y perdón, de pecados, predicad este evangelio,

Hasta qué vuelva y desapareció, y al cielo ascendió

Muchos siguen sin creer, son como Tomás ¡hasta no ver no creer!

Pero Él, dijo; mete tu dedo en la llaga y ¡sé creyente y no incrédulo!

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