Quijote en el desierto

Ha aprendido de los niños, pero es prófugo de la pediatría del pueblo de Frontera, y venido a político con afanes en ciudades más grandes, así el galeno Mario Dávila (alcalde de Monclova).

Enfundado en su bata y con cara de buena persona, Mario el Doc, llega a la alcaldía de Monclova, no sin antes escalar la de su pueblo, Frontera, y “servir” de legislador (sin una sola iniciativa de implicación médica).

Fue panista duro (Mario Dávila), en sus inicios, de los que imitaban al doctor Cobos Borrego de Piedras Negras, a Lorenzo Burciaga de Saltillo o a Carlos Páez Falcón de esa misma Monclova; panistas congruentes.

Pero… no más, Mario ha claudicado a sí mismo y se ha convertido en un político de esa ralea impresentable, que es oportunista y calculadora. Este doctor que ya no es, este político que engaña a su arquetipo, abrazó sonriente a los del PRI a quienes él repudiaba, y les copia las mañas que criticaba.

Quijote en el Desierto

“Decidido”, cabalga el Quijote en el desierto (en las arenas de la simulación).

Venido del centro de la tierra (por el calor monclovense y su sangre caliente), se enfrenta a los molinos de la indiferencia federal y exige, desde las oficinas de la CDMX y con sendas selfies promotoras de diputación en ciernes, que “ayuden a los trabajadores de AHMSA”.

Válgame con este doctor en retiro y político en deformación, aguzado, deja pasar las campañas y la elección para luego iniciar su cruzada “solidaria y humanitaria”, y es que si lo hacía durante el proselitismo (cuando le harían caso), afectaba al PRI, Gobierno, y ahora son sus amiguitos con quienes juega a la política.

Válgame con este nuevo amigo de los del PRI, que grita bajito al gobierno federal y nada exige al gobierno de Coahuila (éste, con minúsculas).

Moral que da moras

Recordar que para “ganar Monclova” en la reyerta del domingo 4 de junio, este doctor de las artes políticas y pediatra de niños grandes, facilitó que se encarcelaran a un ex alcalde del PAN (uno corrupto) y también, que se premiara a otro exalcalde del PAN (corrupto, socio del otro corrupto), haciéndolo candidato a diputado local.

Así la moral del doctor Dávila Delgado (la que da moras).

Desinteresados

Un desinteresado es aquel tipo con “falta de interés por obtener provecho personal o material de una cosa”.

La definición no implica el interés político, ni considera el oportunismo vergonzante, ni imagina la hipocresía humana, esa consustancial al desinteresado pediatra de la política infantil.

Dios salve a los desinteresados, de ellos será el reino de San Lázaro.

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