El Banco Central Europeo sube su tasa de interés para combatir la inflación

El Banco Central Europeo (BCE) decidió este jueves subir sus tipos de interés un cuarto de punto, hasta el 4%, la tasa más alta desde 2008, porque prevé que la inflación “siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo” y avanza una “probable” alza adicional para julio.

El Consejo de Gobierno del BCE ha subido el tipo de referencia (el que cobra a los bancos por los préstamos a una semana) al 4% y ha elevado también en 0,25 puntos básicos la facilidad de crédito (a la que presta a los bancos a un día), hasta el 4,25%, y la facilidad de depósito (a la que remunera a los bancos el exceso de reservas a un día), hasta el 3,50%.

El tipo oficial fijado este jueves es el más alto desde octubre de 2008. En junio de 2000 había subido al 4,25%,se mantuvo en ese nivel durante más de ocho años, hasta que el 15 de octubre de 2008 bajó al 3,75%.

El aumento es el octavo consecutivo que acuerda el Banco desde julio del año pasado, cuando inició la carrera alcista -entonces estaba en el 0% en que se había mantenido durante algo más de seis años- para combatir la subida de precios derivada de la guerra de Ucrania, que encareció con fuerza los precios de la energía.

La decisión europea se produce un día después de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos decidiera una pausa en la subida de tipos, tras diez incrementos consecutivos, aunque considera probable aumentos adicionales este año, según explicó su presidente, Jerome Powell.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo este jueves en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de la institución que ve “probable” volver a subir los tipos de interés en julio, salvo que cambien las circunstancias.

“¿Ha concluido el viaje? No. No hemos llegado a nuestro destino”, afirmó la presidenta, para quien todavía queda “terreno por recorrer” para alcanzar el objetivo de reducir la inflación al 2%.

“Puedo ir más allá: salvo que haya un cambio material que afecte a nuestra línea base, es probable que se dé el caso de que sigamos incrementando los tipos en julio, lo que no les sorprenderá”, respondió a la pregunta de un periodista.

El BCE explicó en su comunicado que “la inflación ha disminuido, pero se prevé que siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo”, por lo que el Consejo de Gobierno está determinado a asegurar que “a medio plazo” vuelva a situarse en el objetivo del 2%.

Según la institución, las subidas de tipos previas están dando los frutos esperados y se dejan notar “con fuerza” en las condiciones de financiación, más duras para empresas y familias, que tienen su reflejo en el conjunto de la economía.

El BCE confía en que este encarecimiento de la financiación “frene cada vez más la demanda” y contribuya a su objetivo de estabilidad de precios.

A futuro, anticipa que los tipos irán a niveles “lo suficientemente restrictivos” como para controlar la inflación y que vigilará la inflación subyacente (mejor indicador estructural porque excluye los elementos más volátiles, sobre todo la energía y los alimentos no elaborados).

Igualmente, analizará la intensidad de la transmisión de la política monetaria, es decir, si sus subidas se trasladan al crédito general y se logra el objetivo de controlar los precios.

“Estamos dispuestos a ajustar todos los instrumentos que forman parte de nuestro mandato para garantizar que se regrese al objetivo y preservar el buen funcionamiento del sistema de política monetaria”, afirmó Lagarde.

Menos crecimiento

Al mismo tiempo, el BCE ha revisado una décima a la baja, al 0,9%, el crecimiento económico previsto en la eurozona en 2023, en tanto que ha elevado también una décima su estimación de inflación media para este año al 5,4%.

Más significativa es la revisión al alza de la inflación subyacente, en cinco décimas hasta el 5,1%, a la vista de que las presiones sobre los precios siguen siendo fuertes, aunque con “signos tentativos de moderación”. En 2024 bajaría al 3% y en 2025 al 2,3%.

El BCE explica el incremento de la inflación subyacente por las “sorpresas alcistas pasadas” y la solidez del mercado laboral, que podría frenar el proceso de moderación de los precios.

Clarín
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