Pasión y maestría.

Imposible verla baila y no sentir que se eriza la piel, te electriza la emoción, te transmite su sentir el baile de los pies a la cabeza, algo único, inigualable, se percibe que lleva el flamenco en la sangre.

Pilar Rioja es lagunera, nació en Torreón en 1932, ahí realizó su primeros estudios de danza y ahora su fama de bailarina de flamenco es reconocida y admirada en todo el mundo por ello esta semana le fue otorgada la Medalla Bellas Artes por sus contribuciones al género de los se apoderó con sin igual vigor y delicadeza de manera que ahora se le considera una leyenda en este arte.

La legendaria bailarina, coreógrafa y maestra es hija de inmigrantes españoles y de ellos heredó el talento, el encanto y el gusto por la danza, a la que considera su religión y su razón de vivir, su persona y su talento exhiben la calidad de su trayectoria, su entrega a este arte ha sido total, un elemento vital que convirtió su cuerpo en una concentrada obsesión y lo encauzó a la danza española porque tiene muchas variantes para la expresión.

Pilar tiene ahora 85 años pero su alma y mucho de su cuerpo es joven, ha dejado los escenarios pero manifiesta que espera muy pronto volver a los tablados en los que siempre ha estado y considera el Teatro de Bellas Artes como su hogar; ella abrevó de las danzas españolas y les incorporó los ritmos mexicanos y latinoamericanos que tanto le gustan, hizo acopio de cuanto se avenía con su temperamento para dar con algo muy suyo, único e irrepetible, por lo que ahora es considerada como la sacerdotisa del baile español.

Al recibir la Medalla de Bellas Artes la artista y maestra expresó: “Gracias a todos ustedes he tenido los ánimos y la fuerza para seguir siempre superándome y no pierdo las esperanzas de todavía bailar, les voy a dar la sorpresa”.

Recibió premios, reconocimientos, dio entrevistas y presentaciones televisivas, y se convirtió en musa de escultores, pintores y poetas como David Narudnisky, José Luis Padilla, Candasa Epstein, Héctor Xavier, David Alfaro Siqueiros, Alfonso Simone y Luis Rius, quien fuera su esposo.

Desde el 2003, la maestra Rioja ha ganado los programas de apoyo para la creación del Fomento Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) los cuales han tenido como productos de creaciones escénicas y de investigación.

Su trayectoria es reconocida como insuperable y es que la bailarina ha hecho aportaciones extraordinarias a la danza universal durante 7 décadas nutriendo al mundo con su baile de emociones inefables, lo que la ha convertido en un auténtico referente y testimonio vivo de la fuerza de la vocación para lograr que alma y cuerpo se unan en ofrenda al arte dancístico.

La danza es un quehacer humanista, un poema que conjuga el vigor y la delicadeza, la fluidez y la fuerza corporales. La vocación de Pilar por la danza española se convirtió en una especie de alma de latido vital que transformó su cuerpo en una concentrada obsesión.

Pilar, desde Coahuila te reconocemos porque te conocemos y tu arte nos ha colmado de felicidad.

Posdata.
Se fue el tirano, el dictador, el que con su vida no alcanzará a saldar las deudas que deja y los engaños que tramó, los que sólo sus cómplices creen y comparten, porque, claro son sus beneficiarios.

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