Una cualidad de la Justicia es hacerla pronto
y sin dilaciones; hacerla esperar es injusticia.
Jean de la Bruyere (Escritor francés).
En este país se ha ido extinguiendo la capacidad de asombro, la disposición a la indignación y al reclamo, son tantos los abusos, los crímenes, la rapiña, los atracos y atropellos de la delincuencia institucionalizada que se incrementan y luego se justifican con leyes a modo.
El desastre envilece y postra a la nación y a la mayoría de las entidades federativas, son pocas las que se salvan de la catástrofe cuando se cumplen 10 años de que Felipe Calderón comenzó esta devastación, un periodo de sangre y terror impulsado por políticas públicas fallidas que el actual gobierno federal ha sido incapaz de contener, tan sólo en este sexenio han sido ejecutados 20 477 mexicanos (Ejecutometro-Reforma), aunque hay otras cifras más dramáticas que denotan que el campo de batalla es amplio y las víctimas incalculables.
Como lo comentamos hace unos días en este espacio, en Coahuila el Poder Judicial y el Gobierno estatal han mostrado que está entre sus prioridades proteger a los animales, su vida e integridad más que los derechos humanos de los coahuilenses, a pesar de que el que se dice gobernador del Estado es el Coordinador de la Comisión de Derechos Humanos de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO).
En efecto, esta semana se informó que Israel Alonso Segura agredió a su pareja y frente a sus hijos degolló a su perro y el partido Verde Ecologista denunció a Alonso por atentar contra la vida del animal, mas nada argumentaron los verdes por la agresión a la mujer, ni una palabra en su defensa y ella disculpó a su pareja.
Es indignante que se ignore la violencia contra las mujeres y se dé prioridad a la que se ejerce contra los animales, con todo y que ésta no se justifica, pero contra la violencia hacia las mujeres no debe haber consentimiento ni tolerancia alguna, menos aún impunidad, si bien la retórica del Estado coincide con estas afirmaciones, en realidad, los funcionarios y funcionarias públicas por lo general son negligentes, se hacen de la vista gorda y absuelven a los agresores, como en el caso de Alonso Segura a quien castigan por matar a un animal, pero guardan silencio contra la violencia hacia la mujer.
La misoginia institucional encarna en los funcionarios que desdeñan e ignoran el trabajo a favor de los derechos de las mujeres, la equidad de género es despreciada, leyes, muchas leyes para alardear y vanagloriarse de que en Coahuila los derechos de las mujeres se resguardan, cuando en los hechos tienen más seguridad los animales.
Aquí, la justicia está en el papel, en los hechos el consentimiento hacia el machismo y la impunidad hacia los agresores de mujeres es lo cotidiano.