Iglesia en el campo. Hugo Gutiérrez Vega

En medio de este campo de higueras
la cúpula blanqueada resucita
la historia de Bizancio sin oro, sin mosaicos,
íntimo y campesino.

La veladora tiembla y deshace los rasgos
de un San Antonio adusto.
La viejecita inclina
la cabeza de humo,
los gólgotas le cruzan
el pecho desolado.
Un San Antonio pálido
y ningún pantocrátor.
La iglesia entre higueras
y su cúpula blanca
son un punto perdido,
una voz silenciosa,
un camino truncado,
un rezo y un olvido.

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