Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo
inexpresable es la música. Aldous Huxley.
La música es una de las expresiones más espléndidas del ser humano, ella logra transmitir de manera inmediata diferentes emociones, permite expresar miedos, alegrías, y sentimientos profundos de diversos tipos. La música permite canalizar esos sentimientos y hacer que las personas alivien sus penas o haga crecer su alegría dependiendo del caso. Qué haríamos sin, Tchaikovsky, Chopin, Beethoven, Stravinski, sin María Callas y tantos músicos y artistas históricos qué nos han ofrecido horas de bienestar y de alegría.
Gracias a mi afición por la música un día conocí a la joven saltillense, soprano, directora del coro Voces del Desierto, egresada de la afamada Escuela de Música de la UA de C, Elizabeth Yeverino, a ella su familia le heredó el amor por la música de todos los géneros, su abuelo tocaba la guitarra y cantaba, así que ella, desde los 2 o 3 años decía que iba a ser cantante, aunque no imaginaba que la ópera sería su oficio.
A los 10 años fue seleccionada para participar en un concurso de canto en la Escuela Coahuila y ahí comenzó una historia que Elizabeth se ha encargado de cultivar con esmero, ahí fue en donde descubrió la emoción de estar en un escenario y que el público le aplaudiera. Posteriormente tuvo la oportunidad de entrar al grupo de alabanza de la iglesia a la que pertenecía y aunque aún era pequeña visitó diversos lugares para cantar incluso fuera de Saltillo lo cual narra que la emocionaba y consolidaba su vocación.
Que la UA de C contara con una escuela de música en Saltillo facilitó la elección de la futura cantante a quien le aterraba el hecho de tener que emigrar sola a otra ciudad y pasar por las dificultades a las que se enfrenta un foráneo; le tomó 8 años cursar la licenciatura y egresó hace 7 años en los que ha interpretado varios recitales y obras como la Fantasía Coral de Beethoven, el Réquiem de Fauré, las óperas Turandot y la Flauta Mágica del 2019 a la fecha dirige el Coro Voces del Desierto con los que ha presentado conciertos con el apoyo de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado.
La soprano expone que tiene la fortuna de dirigir el Coro con integrantes muy nobles y que musicalmente han crecido con ella por lo que los considera una familia, cuidando siempre los intereses de cada uno, que no haya roces de egos, que estén cómodos y contentos con los resultados tanto personales como del grupo sin dejar de lado la disciplina y el aprendizaje. Ha aprendido a lo largo de los años a leer a las personas, a conocerlos y así mantener la cohesión e integración grupal.
En Saltillo se ha expandido la actividad artística, han crecido las compañías musicales, las escuelas también le dan mayor importancia a este tipo de proyectos, hay más coros y lugares en dónde aprender a tocar un instrumento. Anteriormente el mundo artístico y cultural tenía escasa difusión, ahora tanto el teatro como los conciertos musicales, la danza, las exposiciones de pintura y escultura cuentan con las redes sociales ayudan a divulgar la actividad en todas las áreas.
Manifiesta la soprano que el público también ha crecido en todas las presentaciones, la gente se interesa en informarse acerca de las carteleras y sobre todo está dispuesto a pagar un boleto, lo cual en otros tiempos era difícil, se valoraba poco la calidad artística local. Pero aún es difícil para un artista vivir únicamente de su actividad cultural, un músico, un teatrista generalmente deben realizar otras actividades que les permitan tener un nivel de vida digno y confortable.
Un aspecto importante es que crezcan los apoyos económicos, tanto gubernamentales como de la iniciativa privada, porque la cultura, el arte siempre han sido marginales en los presupuestos de los 3 niveles de gobierno y raros por parte del nivel privado. Elizabeth expone que dedica gran parte de su tiempo a la docencia y eso le permite vivir bien. No hay más que desearle a esta artista saltillense éxito sin límites en su carrera.