De extrañas discriminaciones…

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En días pasados en el Estado de México se decidió generar una discusión y un análisis para la probable legislación sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo, lo cual marcaría un hito en una entidad por demás conservadora en ciertos temas que le dan urticaria a los guardianes de la “familia y las buenas costumbres”.
El domingo 29 de mayo se llevó a cabo una marcha en las calles del centro de Toluca encabezada por el Obispo Chavolla Ramos y por algunos políticos conservadores de derecha, que enarbolando la bandera de la protección a la familia y con un discurso de intolerancia se pronunciaron en contra de la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Creo que es responsabilidad de todos aquellos que escribimos alzar la voz: Me entristece al paso de los años darme cuenta de cuán grande e infinita es la estupidez humana… Pudiendo ser libres generamos nuestras propias cárceles y vamos enarbolando estandartes de lo que debe o no ser, transgrediendo en algunas ocasiones la libertad de los otros, olvidando que como principios humanos las bases son tres: El Amor (sin distingos de géneros, edades, credos y demás s etiquetas). La Vida como el máximo bien del ser humano y la consecuente LIBERTAD inherente a su ser irrenunciable, inalienable e insustituible. Tres valores son básicos para la convivencia armónica, pues de ellos se desprenden todos los demás: Responsabilidad, honestidad y respeto.
Quienes se atreven a juzgar y condenar las vidas de otros están siendo en el origen irresponsables, sobre todo si son líderes de opinión al generar odio en una sociedad de por sí convulsionada por la violencia y la inseguridad proveniente del desgarrado tejido social que tiene su origen en esas familias “perfectas” e inexistentes. Es preocupante que en el afán por “defender a las familias y las buenas costumbres” se omita que a todas aquellas personas a las que ahora se discrimina también forman parte de una familia, también son hijos, hermanos, primos y en algunas ocasiones padres o madres. Están siendo deshonestos y discriminatorios, ya que no creo que en ningún momento rechacen el voto o el diezmo de aquellos a quienes ahora juzgan y pretenden alienar.
Y están siendo irrespetuosos, al violentar el principio básico constitucional que dice que todos los mexicanos somos (o debiéramos ser iguales ante la ley) el legislar de manera que la premisa anterior salga del papel y se lleve a la práctica, no es más que corregir una omisión y una injusticia a todas luces. ¿Acaso las personas homosexuales no pagan impuestos, no son productivas y en muchos casos excelentes personas? Luchar y defender lo indefendible demuestra ignorancia y poca calidad humana…
Ya me dio fatiga tanta defendedera a favor de la familia y las buenas costumbres. Sería interesante saber quién los erigió en guardianes de la moral, sobre todo cuando ciertas instituciones en su núcleo han fallado de maneras tan irremediables destrozando por completo vidas enteras. Yo creo que cada quien debe de hacer con su cuerpo lo que le venga en gana, no es posible tanto intervencionismo en las vidas ajenas… Si la familia como núcleo fuera una garantía no habría feminicidios, ni violencia intrafamiliar, ni abusos, ni inseguridad, viviríamos en un mundo de caramelo y demás cursilerías… ¿Qué no por ahí reza un dicho religioso que veamos la viga en el ojo propio antes de andar recriminando por la paja en el ojo ajeno…?
Matrimonios gay, Chavolla Ramos, intolerancia, respeto, valores, familia
En días pasados en el Estado de México se decidió generar una discusión y un análisis para la probable legislación sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo, lo cual marcaría un hito en una entidad por demás conservadora en ciertos temas que le dan urticaria a los guardianes de la “familia y las buenas costumbres”.
El domingo 29 de mayo se llevó a cabo una marcha en las calles del centro de Toluca encabezada por el Obispo Chavolla Ramos y por algunos políticos conservadores de derecha, que enarbolando la bandera de la protección a la familia y con un discurso de intolerancia se pronunciaron en contra de la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Creo que es responsabilidad de todos aquellos que escribimos alzar la voz: Me entristece al paso de los años darme cuenta de cuán grande e infinita es la estupidez humana… Pudiendo ser libres generamos nuestras propias cárceles y vamos enarbolando estandartes de lo que debe o no ser, transgrediendo en algunas ocasiones la libertad de los otros, olvidando que como principios humanos las bases son tres: El Amor (sin distingos de géneros, edades, credos y demás s etiquetas). La Vida como el máximo bien del ser humano y la consecuente LIBERTAD inherente a su ser irrenunciable, inalienable e insustituible.
Tres valores son básicos para la convivencia armónica, pues de ellos se desprenden todos los demás: Responsabilidad, honestidad y respeto. Quienes se atreven a juzgar y condenar las vidas de otros están siendo en el origen irresponsables, sobre todo si son líderes de opinión al generar odio en una sociedad de por sí convulsionada por la violencia y la inseguridad proveniente del desgarrado tejido social que tiene su origen en esas familias “perfectas” e inexistentes. Es preocupante que en el afán por “defender a las familias y las buenas costumbres” se omita que a todas aquellas personas a las que ahora se discrimina también forman parte de una familia, también son hijos, hermanos, primos y en algunas ocasiones padres o madres. Están siendo deshonestos y discriminatorios, ya que no creo que en ningún momento rechacen el voto o el diezmo de aquellos a quienes ahora juzgan y pretenden alienar.
Y están siendo irrespetuosos, al violentar el principio básico constitucional que dice que todos los mexicanos somos (o debiéramos ser iguales ante la ley) el legislar de manera que la premisa anterior salga del papel y se lleve a la práctica, no es más que corregir una omisión y una injusticia a todas luces. ¿Acaso las personas homosexuales no pagan impuestos, no son productivas y en muchos casos excelentes personas? Luchar y defender lo indefendible demuestra ignorancia y poca calidad humana…
Ya me dio fatiga tanta defendedera a favor de la familia y las buenas costumbres. Sería interesante saber quién los erigió en guardianes de la moral, sobre todo cuando ciertas instituciones en su núcleo han fallado de maneras tan irremediables destrozando por completo vidas enteras. Yo creo que cada quien debe de hacer con su cuerpo lo que le venga en gana, no es posible tanto intervencionismo en las vidas ajenas… Si la familia como núcleo fuera una garantía no habría feminicidios, ni violencia intrafamiliar, ni abusos, ni inseguridad, viviríamos en un mundo de caramelo y demás cursilerías… ¿Qué no por ahí reza un dicho religioso que veamos la viga en el ojo propio antes de andar recriminando por la paja en el ojo ajeno…?
Matrimonios gay, Chavolla Ramos, intolerancia, respeto, valores, familia

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