El gran perdedor de la tunda electoral del 5 de junio, por estos lares, es sin duda Rubén Moreira (sus excesos financieros y políticos, y sus poses de maldito, tienen los días contados).
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La guadaña que se anuncia para “Los Medina” en Nuevo León (la víspera de la elección), y el anuncio de que “Los Duarte”, de Veracruz y de Chihuahua, junto con “Borge” de Quintana Roo y “la caterva” de Tamaulipas, serán juzgados y encarcelados por los gobiernos relevo, siguieren remojar las barbas a “Los Moreira”. A todos ellos, a su descendencia y a su cauda de cómplices, dentro y fuera de los gabinetes, les espera una pronta y expedita sacudida jurídica: que en primer término, les vaciará los atiborrados bolsillos y luego, los enjaulará, cual zopilotes carroñeros que son.
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Pero no todos perdieron en Coahuila con el golpe electoral del domingo. Durango ganado por el PAN, fue apoyado por el abogado Mauricio Torres Cofiño, y Tamaulipas, también del albiazul, fue asistido por Luis Fernando Salazar Fernández. Estos triunfos dan vida política y electoral a los dos torreonenses, con aspiraciones.
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Recurrente el tema, por analistas, editorialistas y políticos, de que Coahuila está igual o peor que los estados corruptos que vivieron la alternancia (cual sentencia popular), el domingo 5 de junio. Destaca la evidente nota de que si acá padecemos dos sexenio continuados, dos nepóticos y corruptos, nuestro drama es mayor. Imaginen dos Javier Duarte, o ese Duarte troglodita por doce años. Los Moreira han liquidado la democracia y son los sepultureros del PRI. Su salida abrupta será el último clavo del ataúd tricolor.
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Su Moreirato es insultante. Constituyen ellos, una carga política y financiera, insoportable; que no merecemos llevar por más tiempo.
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COLUMNAS de MÉXICO… “Con ética y honestidad: Otra historia se escribe. Otro México se cuenta.