Súper Peso = Súper Tax

Con frecuencia vemos a funcionarios de distintas oficinas de gobierno, e incluso al mismo presidente López Obrador, señalando al sector exportador de México como la estrella en los reportes económicos y como una muestra de que la economía mexicana “va bien” y que ellos deben seguir haciendo lo que están haciendo porque “miren qué bien lo están haciendo los exportadores”. Al mismo tiempo, no es raro ver al presidente dándose palmadas en su propia espalda por el nivel del tipo de cambio y quiere vender la idea de que si el peso está fuerte es porque él (y solo él) está haciendo las cosas bien; “vamos muy bien”, seguro pensará cuando amanece y ve que el tipo de cambio se encuentra por debajo de los $19 por dólar.

En 2018, cuando AMLO tomó posesión, el tipo de cambio se encontraba en un nivel de $19.65, habiendo alcanzado un máximo de $20.80 a inicios de enero de 2017. Durante este viernes pasado, el dólar interbancario llegó a cotizarse en un nivel de $18.32, es decir, el peso compra hoy 7.2% más dólares que cuando AMLO tomó posesión y un 30% más que en su máximo de $23.83 en abril de 2020. Las razones de esta apreciación del peso se han comentado antes aquí, pero fuera de algunas cosas atinadas relacionadas a disciplina fiscal y a endeudamiento del actual gobierno y al aumento en remesas enviadas por paisanos, todo indica que el peso se ha visto inflado, principalmente, por las altísimas tasas de interés de Banxico y su afán de controlar inflación a través de subsidiar importaciones con un peso artificialmente fuerte. Esa chamba de Banxico pone al presidente “feliz, feliz, feliz” y le “cae como anillo al dedo” para poder saludar con sombrero ajeno “un logro” que ni es suyo y que no puede considerarse como logro. Es común ver a políticos tratar de aprovechar cualquier coyuntura para anotarse puntos a favor, salir en la foto o bien deslindarse cuando las cosas salen poco favorables a su imagen. Pero en el caso del peso, o el “súper peso” como (temporalmente) se le conoce, nos damos cuenta que ni el presidente, ni sus asesores económicos, ni el Banco de México demuestran sentido común para ir más allá de las cifras alegres y una política cambiaria (que no monetaria) inercial y zombi, y darse cuenta de que no pueden por un lado alabar al sector exportador y por otro lado aplaudir cuando las políticas y el discurso no hacen más que obstaculizar al que es uno de los pocos sectores económicos que mantienen empuje a pesar de todo, y de todos. No puedes presumir ser una potencia exportadora y al mismo tiempo presumir un peso fuerte que es un lastre MUY pesado para esos exportadores. Hagamos un breve y simple análisis numérico de lo que es el “súper peso” para los exportadores.

Durante 2022, México exportó $578 mil millones de dólares. Es decir, unos $11,000 millones por semana, $1,600 millones diarios, $66 millones de dólares cada hora. Si consideramos que esas exportaciones tienen un contenido denominado y pagadero en pesos (costos para las empresas) de alrededor de 20% por concepto de sueldos y salarios, combustibles, energía, materiales indirectos, servicios, entre otros, estamos hablando de que el sector exportador en su conjunto compra servicios y bienes en pesos equivalentes a unos $115 mil millones de dólares. Pensemos que el sector exportador es UNA sola empresa, llamémosla “MEXPORT+”, y su presupuesto de 2023 usa un tipo de cambio promedio de $20.50 pesos por dólar. Es a este tipo de cambio al que ellos consideran que podrán vender dólares (producto de sus ventas al exterior) para obtener pesos y pagar los costos mencionados. Pero de pronto, MEXPORT+ empieza a darse cuenta de que el tipo de cambio no está cerca de su presupuesto de $20.50, sino que incluso se aleja de dicho monto y se mantiene por debajo de $19 al tiempo que el presidente del país aplaude y se congratula de un peso tan fuerte y el banco central no sabe de otra más que aumentar tasas para lograr que el peso se siga apreciando. Entonces, el director de finanzas de MEXPORT+ se atreve a hacer un análisis para determinar el impacto que este “súper peso” tendrá en su empresa y llega a estas conclusiones:

Si el tipo de cambio se mantiene en el nivel mínimo observado el 17 de febrero, de unos $18.32 pesos por dólar, en lugar de los $20.50 que en algún momento parecían razonables, la empresa tendrá que vender unos $13,750 millones de dólares más de los que tenía presupuestados para pagar sus costos denominados en pesos. Si su margen habitual de utilidad fuera de 5% sobre sus ventas de $578 mil millones de dólares, es decir unos $29,000 millones de dólares, este sobrecosto causado por un peso extremadamente fuerte le representaría un deterioro de casi la mitad de su utilidad. Su margen de utilidad acabaría en 2.6%. MEXPORT+ estaría sufriendo el impacto de lo que puede ser el impuesto escondido más fuerte contra los exportadores; el impuesto del “súper peso”. A ese paso, MEXPORT+ dejará de ser competitivo y México dejará de ser atractivo para empresas como ellos.

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