¡Se acabó Riquelme!

Al paso de los días ni se enfría el tema ni se baja la guardia social (como ellos apuestan). La Dignidad de Coahuila es tan grande como la nobleza de la sociedad. Se robó y se defraudó a los coahuilenses, y nadie, nadie se irá a casa con el botín político y con la sorna en la cara. La justicia llega por que Dios quiere, porque los hombres la gritan tan fuerte que despierta conciencias (hasta de inconscientes).

El criterio general en la Ciudad de México, es por: NUEVAS ELECCIONES.

Ahora que se anule la elección de gobernador y se convoque a una extraordinaria, contenderán solo dos candidatos (la comadre Mary Telma puede volver a inscribirse y sacar otra tajadilla de pastel). Solo dos fuertes: El PAN (aliado con Guerrero, Guadiana, Pérez, Salinas), y el PRI (con los de siempre y la morralla).

El PRI-Gobierno “piensa” a quién imponer en lugar del anulado delfín. Pero, ¿quién puede ser ese candidato del PRI, uno que pueda “ganar limpiamente” al Frente Por La Dignidad (será una elección muy observada)? Se obviarán campañas. Las cartas están quemadas o no le gustan al mandón. La lista tricolor se divide en dos grupos, los de Moreira y los no tanto (y de fuera). Cuatro y 4.

Los de Moreira:

Álvaro Moreira Valdés.
¿Más Moreira? Perdería estrepitosamente por representar el infame moreirato y a la familia gandalla. El apellido está agotado y él, se ha sobreactuado con su “relación” con las lideresas (y la danza de los millones en el PRI) y con el control absoluto del “negocio deportivo” (y la arquera danza de los millones).

Chema Fraustro Siller.
Se ha convertido rápidamente en el legislador más odiado por su servilismo a Moreira, por aprobar créditos y dineros a discreción, por usar a la IP para sus propósitos y por validar tantas leyes anti familia y anti sociedad. La última gracia con la Ley Anticorrupción lo liquidó para cualquier evento eleccionario.

Jericó Abramo Masso.
Su incursión en la campaña de Riquelme fue exigua. Su rol fue a como mandara Humberto Moreira y este, no mandó. Eso no significa necesariamente que Humberto no intervenga, pero sí que Rubén no lo quiera como candidato del partido al que aún tiene plagiado. Conforme pasan los meses se va agotando la imagen de la administración municipal de Abramo, la gente es de corta memoria.

Armando Luna Canales.
Dicen que se han peleado (Rubén y Armando) y que la riña al aire libre, fue “de espectáculo morboso”. Otros dicen que un diferendo anímico no es de fondo, porque el fondo es otro. Estando en el Congreso se aleja de la grilla local. Su carrera está manchada por “ser citado” en autos judiciales. Los Gutiérrez no lo ven como su descendencia relevista. No sale de la sureste y no apoyó a Riquelme.

Los no tanto, y de fuera.

Hilda Flores Escalera.
Tibia se vio ante en agandalle Viggiano-Moreira en favor de Riquelme (quince segundos de precandidata fueron todo su coraje). Aceptó ser líder de las mujeres del PRI nacional y hace mancuerna con el cómico dirigente Ochoa Reza (ese mitómano que dice odiar la corrupción). Se aleja de la base por andar en la farándula política, y aun con su imagen agradable, hay que ganarle a la Frente Por La dignidad (es legisladora pluri). La aprobación de la deuda siendo diputada, aun le pesa.

Enrique Martínez y Morales.
Brilló por su ausencia en la campaña del 4 de junio. Se acercó a Los Moreira pensando que honrarían la alcaldía, pero de diputado “lo ayudaron a perder” (chamaqueado). Se fue al gobierno federal a apostarle al incierto “juego grande”. Quiere regresar de allá como reivindicador. Es heredero del grupo de su padre exgobernador, ahora valorado por efecto de comparación. Pero su padre no contenderá y eso de heredar, en política, es harto complicado.

Alejandro Gutiérrez Gutiérrez.
Le apuesta a Manlio Beltrones para llegar desde el centro. Ha perdido elecciones locales y su carrera legislativa es mas de pluri que de mayoría. Ha confrontado con la sociedad en otras incursiones, despreciando la alcaldía. Hay que ganar y no es su fuerte. Se acercó a Moreira y “lo hicieron calle”, (en Muzquiz y no en Ramos), con foco mediático temporal, pero sin cargos.

José Narro Robles.
Sin arraigo alguno, pero con buen nombre y heredero de la tierra sarapera, pudiera venir del centro como denominador común y acaso como “garante de imparcialidad grupal”. Suena para otras empresas políticas mayores, pero con el mismo principio: solvencia moral pero desarraigo electoral. Es una idea loca pero de locas ideas está lleno el cielo político. A andar por las calles de nuestra basta geografía, habrá que enseñar al señor Narro. Ganar primero (asaz difícil), luego enfrentar el desastre.

El PRI nacional (que no es autónomo, tiene patrones) puede seguir dejando a Moreira II hacer lo que quiera con la decisión del candidato (el segundo como con el primero) o bien, tomar el control y ungir candidato. 2018 está en la puerta.

Desde la soberbia en Palacio Rosa, (que ve la tempestad y no se hinca, que sigue apostándole a su “mente iluminada” o a su locura manifiesta), dicen que no importa quién sea el candidato. Que ellos (él) saben cómo arrebatar; que pueden venir observadores, que en sus jetas fisgonas “robará de nuevo”?

Horizonte imaginario: Se ve robando, pero ya no. Ven los árboles y no el bosque, ven la salida limpia y no la cárcel. Se ven en el ajo e ignoran el Juicio Final …

Se acabó Riquelme, ¡adiós Moreira!

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