Represión electoral, ¡a la Moreira!

Igual que firmó tantas promesas, igual que usó a Notarios para dar fe de mentiras tantas, desde su campaña, ahora, el aún gobernador Rubén Moreira Valdez, deja su marca infame y manda a sus guaruras llamados GATES, a amedrentar a los políticos que no le son afines (son sonados los casos de represión, que trascienden).

La frustración, ante la derrota electoral en puerta; y el miedo ante el juicio que se acerca, exacerban al monarca.

Una vida no es suficiente para atacar a todos sus enemigos acumulados, a sus tantos rivales y víctimas, a sus cientos de miles de encabronados. Son tantos los anti Moreira, camuflados en tantos colores partidarios y trincheras políticas y sociales, que ha optado (este Atila de remedo), por dejar “mensajes brutos” para querer asustar a todos.

Lo mismo ha hecho en los seis años de infame forma de gobernar: espiar, grabar, chantajear, perseguir, sobornar, reprimir. Ningún segmento social ha escapado a sus scanners y represiones: periodistas, empresarios, curas, iglésias, funcionarios públicos (federales, estatales y municipales), personajes, dueños de tierras (y de minas, y de ranchos; de vetas y cuencas). Hay gráficas filtradas, donde el mismo rey de chocolate está, con audífonos puestos, escuchando las supuestas “intrigas en su contra”. Ha enfermado de odio y de odio ha contagiado.

Su complejo de persecución no es otra cosa que “inseguridad por maldad”, que complejo de clase, que culpa exacerbada y un resultante “mal del San Vito” (afectando sus modos, formas y capacidades neurológicas). Pregunten a sus alelotes, achichincles, cómplices y agachados (“cercanos, amigos, familia y leales”).

Raro es que la diferencia electoral a 36 días de la elección, sea de un PRI perdiendo por menos de 10 puntos (pero perdiendo). A estas alturas y con el cúmulo de agravios del moreirato, y la soberbia y represión de este sexenio, la diferencia en contra del delfín Viggiano-Moreira, debiese ser visiblemente estrepitosa.

Y ojo, no quiere decir que no resulte así al final (un PRI estrepitosamente derrotado). Hay tantos amedrentados, que (por supervivencia), aprendieron a mentirle al PRI, a las encuestas y al gobierno. Los síntomas del mal, están aflorando.

Moreira cosechará lo que ha sembrado: Coraje, venganza, odio, rencor; anarquía. Guerra fratricida. Sed de sangre.

Lo peor de la sociedad está emergiendo (ya no hay miedo, ya no hay tibieza ni conformismo). El daño está hecho.

El rescate de la dignidad de una sociedad agraviada por estos políticos traidores…

¡LO JUSTIFICA TODO!

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