¿Por qué no confiar en Miguel Riquelme?

Puede uno con cierta facilidad dictar una conferencia sobre las 100 razones por las que no debemos confiar en Miguel Riquelme. Pero esta no es una disertación ni tampoco es necesario gastar tanto tiempo ni tinta, si con menos que eso queda claro que este mono de ventrílocuo, es un ser inanimado que obedece a las manos del manipulador perverso que le dio vida política.

¿Usted confía en Rubén Moreira, usted considera honesto a Humberto Moreira, usted cree confiables al resto de la pandilla Moreira, y de sus cofradías del pecado?
Está claro que no…

Los juegos

¿Recuerdan aquel juego de estos hijos del Moreirato (Humberto y Rubén, en orden político); aquel juego de que están peleados a muerte, que se odian y recriminan asuntos de la niñez, (asuntos sórdidos), que uno dice que es el que piensa y el otro solo el que baila; que inclusive se hacen responsables, uno al otro de desgracias familiares sucedidas en el sexenio fatídico de Rubén?

Pues ahora, luego de los dos sexenios del robo y del crimen, de los sobornos y del entregar al estado entero, primero a una letra y luego a un golfo, este gobierno ilegítimo de Riquelme está arreglado con ambos bandos (pero no me refiero a los dos bandos criminales, y ellos, los hermanitos lo son. Está arreglado con ambos hermanos Moreira, a ambos obedece, a ambos les sirve el pastel estatal.

Gente de ambos, como él mismo, ocupan cargos relevantes y estratégicos, para seguir robando y para seguir controlando la criminalidad, esa que tantos dividendos deja a estos sin escrúpulos. Nomás miren a Piedras Negras, debatido entre malos y malos, entre policías y policías, entre Moreira y Moreira. Donde hay crímenes de revancha ante los juegos de la muerte que se juegan los hermanos.

Juegos donde Riquelme solo ve (y cobra algo). Juegos donde matan alfiles de un ajedrez de la corrupción, porque los reyes se creen muy listos y cobran a doble mano. Miren como los voceros del desastre son los alfiles en el gobierno que impusieron los “hermanos crimen”. Chema y Samuel, dos alfiles y socios, son los que hablan ante la falta de carácter del gobernador.

Las razones

Riquelme fue escogido con cálculo siniestro por sus características personales: tibio, timorato, feo, atufado, mandado, inseguro, corrupto, sin equipo, parco, predecible, manejable, inútil, triste, ladrón enriquecido pero insolvente y amoral.

Leal a Carolina Viggiano y sometido por Rubén (a indecibles y oscuro sótanos), admirador del Profe y con una incultura extrema. Incapaz de levantar la voz al masoquista del látigo, pero con ese complejo social que los une cual hijos del mismo hospicio psicosomático.

Fuera bueno

Pero, miren, confiar en el gobernador de la tierra que amamos, a la que le apostamos para que crezca, en paz y orden, es algo deseable.

Pero a veces, como ahora, resulta imposible. Cómo confiar en alguien que representa oscuros intereses, negros antecedentes, ambiciones promiscuas y criminales. Cómo confiar en alguien que no confía en sus patrones y que no confía ni en sí mismo, porque se sabe débil y entregado.

Si le ordenan vivir vive, si le ordenan morir muere. Si le ordenan matar… Le habla a Los GATES (Fuerza Coahuila).

Si le dicen, mira Miguel vuelve a robar las elecciones, como robamos “las tuyas”: entonces deja a Valeriano Valdés en el Tribunal Estatal Electoral, a Gabriela De León como árbitro en el INE, a Chema Fraustro en gobierno, a Samuel Rodríguez en el Congreso y a Miriam Cárdenas en el Tribunal Superior de “Justicia”. Deja a Fuerza Coahuila actuar libre, (aun sabiéndolos hampones y madrinas del crimen), porque ellos, los policías que deben cuidar al pueblo, son los operadores del fraude.

¿Por qué no confiar en Riquelme?

Porque es Moreira, ambos Moreira, todos los Moreira. Porque es solo Moreira, ni siquiera es él. Porque obedece y protege los privilegio de los malos, como le ordenaron, porque recoge los sobornos y los entrega en San Alberto.

Porque asume la sangre (como la de Piedras Negras), al fallar en las entregas de intercambio, las contraprestaciones del crimen, que sortean sus patrones, cual juego malabar de ruleta rusa, debatidos por ambición entre marcas criminales.

6 meses apenas de este gobierno espurio y chafo, y la casa está en llamas; amenazada por los socios del crimen, quebrada y con una nómina, llena de indeseables y ladrones. Sin obras ni empleo, sin IED ni inversión federal. Insegura a más no poder y dirigida al estado fallido.

Miguel Riquelme, un tipo fachada. Una fachada cayéndose a pedazos.

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