Manolo Gobernador

El moreirato de 16 años degrada a Coahuila, por ello, el PRI reciente el rechazo social y tiembla por el fantasma de MORENA que se le aparece “en sus sueños”.

 

Sacaron del corral a un potrillo brincón (Manolo Jiménez) y le dieron toda la pista, rienda suelta y anticipada, y el poco dinero que queda para lucirse (deuda y robo quebraron la Hacienda estatal).

 

Meses transcurren, y por la pista parejera se le encarama al potrillo Manolo un jamelgo mañoso, de trote sereno y de pezuñas callosas.

 

Ricardo Mejía cabalga y alcanza (“caballo que alcanza…”) y contrario a Agustín Lara, ya no se acuerda de Acapulco.

 

La candidatura

 

Manolo Jiménez, por su abuelo Luis Horacio Salinas, compró la candidatura a Rubén Moreira a cambio de una Casa Blanca de 100 millones. Hoy, antes de los tiempos, es el señalado del Gordo, galopa errante, sin mecate. 

 

Miguel Riquelme, lo hemos dicho tanto, es tan solo un gerente de negocios de Los Moreira.

 

Tuvo Miguel que apechugar que uno de sus amigos de Torreón no fuese el elegido, y a más, el que Manolito llegara con la carta de Moreira que lo impone como “el bueno”.

 

Laguneros y saltillenses y hasta uno de Acuña, todos quedaron resentidos. Jericó brincó y ya fue amansado, Chema relincha cual percherón sobrado de pastura y pronto le ponen bozal. Los de Torreón lloriquean sin más.

 

Entregada la plaza

 

Miguel Riquelme se ha rendido, ha entregado la plaza entera a Manolo Jiménez y es que el PRI se ve perdido ante MORENA (y su aplanadora judicial chantajista).

 

¡Manolo es ya medio gobernador, o gobernador y medio!, manda, monea y luce, trae el dinero que queda y va a las fiestas y cabalgatas (subido en una yegua blanca llamada Nube… de la que podrá caerse).

 

Miguel ha quedado rezagado del poder, digo, su mandato ha sido gris y mediocre, supeditado a Moreira, a sus designios estridentes y a su pillaje enfermo; robo y criminalidad que Miguel encubre, enriqueciéndose de paso.

 

Falta que gane

 

Manolito ya manda en Coahuila, eso es palmario diría Calderón.

 

Quería Manolo ser gobernador y se le concedió, por estos meses que no por un sexenio, para ello, para 24 años de moreirato falta que el chamaco gane, y ganar para el PRI… está cada vez más complicado. 

 

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