Industria automotriz en Coahuila se verá afectada por huelga en EU

Para Sergio Aguilar esto se siente como un déjà vu. En 2019, el empresario y sus colegas padecieron las consecuencias de una huelga de 40 días entre el sindicato de trabajadores United Auto Workers (UAW) y la armadora General Motors (GM) en Estados Unidos.

México, y en especial el estado hogar de Aguilar, Coahuila, dependen de las cadenas de suministro que cruzan la frontera norte todos los días para poder producir autopartes y exportarlas. Ese año, la huelga afectó a miles de trabajadores acá, recuerda Aguilar, y ahora es muy probable que suceda de nuevo.

La UAW, organización que representa a 146.000 empleados de GM, Ford Motors y Stellantis, no ha llegado a un acuerdo para mejorar los contratos que expiran este mismo viernes y el paro ya ha comenzado. Las tres empresas tienen plantas hermanas en México que se conectan en cadenas de suministro, por lo que una suspensión del trabajo en el norte impactará a miles de trabajadores en el sur.

“Nosotros tomamos la experiencia previa como aprendizaje y ahora ya estamos listos”, dice Aguilar, quien es presidente de la Asociación de Industriales y Empresarios de Ramos Arizpe, organización que representa a ensambladoras y maquilas en el municipio de Coahuila que concentra una alta actividad industrial.

Las empresas producen faros, tanques de gasolina, interiores, paneles de puertas y bolsas de aire, entre otras partes de coches. Durante la huelga de 2019, fueron 48.000 trabajadores los que fueron a paro. En esta ocasión, son 143.000. A partir de esa experiencia, y de nuevo durante la pandemia, las ensambladoras mexicanas aprendieron a tener mejores inventarios y a tomar medidas con el personal que aminore el choque.

En Ramos Arizpe operan plantas de Stellantis y GM, dos de las tres empresas que no han podido llegar a un acuerdo con sus trabajadores. La tercera, Ford Motors, tiene una fábrica hermana en México y será, según Aguilar, la primera en ser afectada. “La armadora que más puede sufrir de manera inmediata es la planta de Ford en Chihuahua, porque ellos reciben los motores que se fabrican en Estados Unidos para terminar de ensamblar la unidad”, explica Aguilar al teléfono, “si no tienen estos motores van a tener que parar la planta”.

En ese caso, las empresas comienzan a tomar medidas como “mandar de vacaciones” a sus empleados en México, asegura Aguilar, o rotar a las cuadrillas de manera que trabajen menos para que no se acumule el inventario que no se está utilizando en EE.UU.

En Coahuila hay 65 mil empleos directos en la Industria Automotriz, y el impacto de la huelga afectará directamente a quienes tienen importación y exportación exclusiva con Estados Unidos que son alrededor de 30 a 35 mil, comentó Aguilar.

Por su parte el Presidente de la Cámara de Comercio de Saltillo, Alejandro Pepi De La Peña, expresó que de concretarse la huelga el impacto también alcanzará al sector comercio ya que es el sector automotriz el que genera circulante en la región y los trabajadores que ya tienen la experiencia de estas situaciones, prefieren resguardar sus sueldos y dejan de gastar en lo que no consideran indispensable.

“Es definitivo, la gente se apanica y el guardadito que tienen no lo sueltan más que para cosas de primerísima necesidad, y por supuesto que otro tipo de compras, adiós, bye; con los años la gente se ha venido organizando con su gasto, ha sido más inteligente con la planeación”, explicó.

Dijo que entre los giros que resienten más están las mueblerías, refaccionarias y ferreterías, lo que ya ocurrió en la pandemia por Covid.

“Fue muy bien cuidado el poco recurso que había… la inmensa mayoría de los negocios tienen dinero para trabajar tres o cuatro meses, por eso en la pandemia se te viene una baja de ocho meses consecutivos de no vender, y pues muchos desaparecieron, cambiaron de giro, pocos fueron los que lograron sostenerse; pero ahorita definitivamente estamos preparados”, recalcó.

Ganancias récord de industria automotriz deberían compartirse con los trabajadores: Biden

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este viernes, el día en el que ha comenzado una histórica huelga en el sector automotriz, que las ganancias corporativas “récord” que han tenido las compañías en los últimos años deberían compartirse con los trabajadores.

“Las empresas han hecho algunas ofertas importantes, pero creo que deberían ir más allá para garantizar que las ganancias corporativas récord signifiquen contratos récord para el (sindicato) UAW”, afirmó el mandatario.

Biden quiso hacer hoy una declaración oficial sobre el tema desde la Casa Blanca, unas horas después de que el presidente del sindicato UAW, Shawn Fein, anunciara que los trabajadores de las plantas de montaje de General Motors en Wentzville (Misuri), los de la planta de Toledo (Ohio) de Stellantis y los de la planta de Michigan de Ford serían los primeros en declararse en huelga desde hoy.

Las tres fábricas emplean a alrededor de 13,500 personas. Según Fein, esta es la primera vez en la historia que se declaran huelgas al mismo tiempo en las tres compañías.

“Seamos claros: nadie quiere hacer huelga. Pero respeto el derecho de los trabajadores a utilizar sus opciones dentro del sistema de negociación colectiva. Y ahora comprendamos la frustración de los trabajadores”, afirmó.

Biden informó de que ha enviado a dos miembros de su equipo a Detroit, a la secretaria del Trabajo, Julie Su, y al asesor principal de la Casa Blanca, Gene Sperling, quienes “deben ofrecer su total apoyo a las partes”.

“Tengo la esperanza de que las partes puedan volver a la mesa de negociaciones para forjar un acuerdo en el que todos ganen”, afirmó el mandatario, quien siempre se ha mostrado un férreo defensor de la labor de los sindicatos.

El sindicato y las tres empresas negocian desde julio la firma de un nuevo convenio colectivo para los próximos cuatro años. Pero UAW se queja de que los fabricantes no están negociando de buena fe en una época en la que registran beneficios millonarios.

El sindicato reclama una subida salarial del 46 % en cuatro años, la instauración de nuevo de pensiones tradicionales, la reducción de la jornada laboral y la sindicalización de los trabajadores de las fábricas de producción de baterías.

“Durante generaciones, los trabajadores del sector automotor sacrificaron mucho para mantener viva y fuerte la industria, especialmente durante la crisis económica y la pandemia”, afirmó Biden, y hoy “merecen una parte justa de los beneficios que ayudaron a crear.

El País, Forbes
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