Entre la inversión pública local y la infraestructura del vecino

La Cámara de Diputados aprobó este domingo el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año que está por comenzar. Se pretende gastar en 2022, 7.08 billones de pesos, un incremento real de 8.6% respecto a este año. Es el presupuesto con menos votos a favor desde 1998.

Se hicieron varias modificaciones al proyecto enviado por el ejecutivo. Principalmente se reducen los recursos asignados al INE, un recorte de casi 5 mil millones de pesos. La Secretaría de Turismo recibirá 64% más recursos de los que recibió este año debido al aumento presupuestal para el Tren Maya. La Secretaría del Bienestar recibirá 51% por el incremento en diversos programas sociales. El presupuesto de la Guardia Nacional prácticamente se duplica.

Entre las reducciones destaca la que tendrá la Secretaría de Economía que recibirá 47% menos de los ya muy recortados recursos que recibió este año. Se le quitó presupuesto a los programas relacionados con competitividad y con MiPyMEs, justo en el año en que más que nunca habría que dedicarle tiempo, dinero y esfuerzo a estos temas para aprovechar las disputas comerciales entre Estados Unidos y China.

Se aprobaron para inversión pública 982 mil 289 millones de pesos, 15% más de lo presupuestado para el año que corre. De esos miles de millones de pesos, 50% se destinarán a infraestructura relacionada con hidrocarburos, casi 20% a proyectos de desarrollo regional (en fondos de aportaciones a estados y municipios para infraestructura de salud, educativa y social), 8% irán a transporte por ferrocarril, 5% a infraestructura eléctrica (incluye pagos de proyectos pasados que se hacen de forma diferida) y 3.7% se destinará a infraestructura carretera. La mayor parte de los recursos de inversión pública –65%– se concentra en tres entidades: Campeche, Ciudad de México y Tabasco. De concretarse estas cifras, la inversión pública lograría representar, conforme a los estimados de la Secretaría de Hacienda, 3.4% del PIB, es decir, un porcentaje similar al que tuvo en 2015. Tendremos que esperar para ver cuánto se acaba erogando y qué porcentaje del PIB de 2022 representa.

Mientras tanto, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, firmó la ley que destinará un billón de dólares (millón de millones) a renovar la infraestructura norteamericana. Si bien el plan no es tan ambicioso como lo deseaba el presidente (quería destinar 2.3 billones de dólares) las carreteras, líneas de transmisión de energía eléctrica y puertos empezarán a notar pronto el incremento en los recursos que se les destinan. El mayor incremento lo tendrá la red eléctrica que recibirá 73 mil millones de dólares, seguidos de los 66 mil millones para la red ferroviaria y los 65 mil millones destinados a mejorar la infraestructura de banda ancha, para llegar a todo el territorio.

La idea de Biden no es únicamente renovar lo existente sino prepararse para los requerimientos de infraestructura tecnológica para los siguientes años. No sé si el plan de Biden le dé a los Estados Unidos la capacidad física que se requerirá, pero sin duda le dará un momentum que su economía sabrá aprovechar. Este plan le dará a México cierto empuje, incluso puede abrir la puerta a acuerdos migratorios distintos a los existentes. El motor de la economía de México para los próximos años estará en el norte.

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad de la autora y no representan la postura institucional.

Valeria Moy/IMCO/El Universal

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