El Respeto es un valor

El respeto es un valor que permite al ser humano reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad.

 El respeto no sólo se manifiesta en la actuación de las personas o su acatamiento de las leyes, sino también hacia la autoridad, como sucede con los alumnos y sus maestros, los hijos y sus padres o los subalternos y sus jefes.

También es aplicable a las relaciones entre grupos de personas, entre países y organizaciones de diversa índole. No es simplemente la consideración o deferencia, sino que implica un verdadero interés no egoísta por el otro, más allá de las obligaciones explícitas que puedan existir.

El respeto permite que la sociedad viva en paz y en sana convivencia. Implica reconocer en sí mismo y en los demás los derechos y las obligaciones, por eso suele sintetizarse en la frase: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.

Viviendo el valor

El valor del respeto se ejerce cuando mostramos aprecio y cuidado por el valor de algo o de alguien. Puede estar dirigido hacia los derechos y la dignidad de las otras personas, hacia los de nosotros mismos y también hacia el entorno natural, incluyendo las plantas y los animales que lo integran.

Nos ayuda a conservar intacto aquello que más apreciamos en la vida y nos enseña a reconocer aquello que más aprecian los demás.

Un código universal

Es primordial recordar que, al solicitar algo, importa tanto lo que pedimos como la forma en que lo hacemos.

Llamamos “cortesía” a la manera atenta en que se solicita un servicio o un objeto; es un elemento que transforma cada detalle de la vida. Mire la diferencia que hay entre “¡Quítese de aquí!” y “¿Podría dejarme pasar, por favor?”. ¿Cuál de las dos formas le gustaría que utilizaran con usted? Lo que resulta claro es que, para esperar un trato correcto, usted debe brindarlo a los demás.

Sin embargo, la cortesía es únicamente la superficie de una actitud más profunda. Respetar a los otros consiste en reconocer su importancia como personas que comparten la vida con nosotros. La lista incluye a los miembros de nuestra familia, maestros, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y todas las personas que se cruzan en nuestro camino. Todos ellos son nuestros iguales.

Para la vida diaria

  • Siga las reglas de su grupo o comunidad, tales como guardar silencio en determinadas circunstancias o respetar las áreas y servicios creados para las personas discapacitadas.
  • No acepte ninguna actitud ofensiva o humillante; nadie debe hablarle a gritos o con groserías.
  • Las leyes están hechas para respetarse. Hágalo siempre y recomiéndelo a los demás.
  • Aprenda a ser amable y afectuoso con su entorno; no arroje basura en la calle, tenga consideración con los adultos mayores, las plantas y las mascotas. Edifique, poco a poco, el mundo donde quiere vivir.

Una persona que se auto respeta es capaz de:

  • Darse espacio a sí mismo y a los demás.
  • Permanecer estable internamente, sin una sensación errónea de inferioridad o superioridad.
  • Desprenderse y no presionar a los demás para satisfacer sus deseos.
  • Ser libre y ayudar a los demás a liberarse.
  • Expresarse con dulzura, naturalidad y espontaneidad, pero con honestidad y coraje.
  • Procurar que sus palabras y acciones estén llenas de consideración, discerniendo siempre qué es lo más preciso para decir o hacer, de modo que nadie se sienta herido ni molesto.
  • Respetar a los demás.

 

 

Compartir