El poder del dinero en Coahuila (segunda parte)

Los López, familia de acaudalados empresarios coahuilenses, de tres generaciones, quisieron, a más del poder del dinero, ostentar el poder político en Coahuila.

En vida de los hermanos Isidro y Javier López Del Bosque, el control social, económico y hasta político, fue férreo, especialmente en Saltillo.

Don Isidro operaba las empresas y don Javier, controlaba lateralmente: Consejos de los bancos, organismos y cámaras empresariales, directivas de clubes de servicio, hasta alcaldes y funcionarios de la Administración Pública Estatal.

Siendo gobernador Eliseo Mendoza Berrueto, don Javier ordena que en Saltillo sea alcalde el cuñado de su hermano Isidro (Rosendo Villarreal Dávila) y en Torreón, al mismo tiempo, impuso de edil a su propio yerno, entonces, Carlos Román Cepeda González. Uno por el PRI y el otro por el PAN

López y gobierno

Rosendo Villareal abrió la puerta a su sobrino Manuel López Villareal para ser, como él fue, alcalde de Saltillo, por supuesto con el visto bueno de don Javier. No sé si Manuel quiso ser gobernador pero Rosendo sí lo intentó, pero las fuerzas políticas se lo impidieron.

Los hermanos Isidro y Javier, tenían la idea de tener el control político del estado de Coahuila (para bien de Coahuila, dicen que decían). El poder del dinero “es inmenso”, dobla voluntades. Los López saben eso.

Otro sobrino, hijo de una hermana, desde joven gustó de la política y de sus andanzas; sin permiso o con él, Jorge Torres López se relaciona con Enrique Martínez y luego, por él, con los Moreira. Ya gobernador, Enrique no cumplió ni a Jorge, ni a los primos hermanos, Alejandro Gutiérrez y Mario Eulalio Gutiérrez, el ser alguno su sucesor, como lo habían pactado (los Gutiérrez, gente de dinero, con antepasados políticos que se enriquecieron al amparo del poder).

Enrique, terrateniente millonario, entregó el poder a Humberto Moreira, un pobre con una familia paupérrima e insaciable que no soltaría el poder en 18 años (no estaba fuerte don Javier López para impedirlo).

Jorge, al amparo Moreira, fue alcalde y gobernador interino, no fue el gobernador que los López imaginaron, pero sí el que Rubén manejó a su antojo para luego hacerlo pagar por los crímenes Moreira (Jorge fue culpable de su ambición, corrupción e indignidad). Como Jorge fue la mancha López, se animó su primo Isidro López Villarreal (hijo de don Isidro, hermano mayor de Manuel y sobrino de Rosendo), a llegar a la alcaldía de Saltillo, para luego enfrentarse con Manolo Jiménez, su ahijado, en el tren por la gubernatura.

Manolo y los López

Manolo Jiménez Salinas, es yerno de una hija de don Javier López… les queda claro. (Millones y poder empresarial).

Con el poder del dinero, de empresarios y de sus parientes los López, y por supuesto con la astucia del abuelo Luis Horacio; al amparo de los Moreira que se creyeron la lealtad hincada, Manolo llega a la gubernatura y pinta su raya.

Rubén Moreira, a golpe de mesa exige a Manolo, a días de su llegada al gobierno, que hiciera candidato a alcalde de Saltillo a su hermano Álvaro, pero Manolo tenía otros planes. Javier Díaz es yerno de Isidro López Villarreal, al hacerlo candidato a alcalde de Saltillo, Manolo pretende cerrar la herida política y familiar.

Los López tienen su anhelado poder político, por un sobrino político (Manolo). El poder del dinero en Coahuila.

Manolo manda el mensaje: ¡no más Moreira y sí, más López! 18 años de manolato, “como un suspiro”.

… CONTINUARÁ.

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