El saliente y el entrante en Saltillo, Manolo Jiménez Salinas y José María Fraustro Siller son acaso dos piezas del ajedrez de Rubén Ignacio Moreira Valdez, piezas que cuando el juego acaba, “tanto rey como peón van juntos a la misma caja”.
Cierto, Chema ya se acercaba a otros exgobernadores y les cuchicheaba (a unos mas que a otros), pero le voltearon la tortilla y fue a él a quien Moreira le susurró. Entonces, fue escogido para quedarse (pasado a la báscula, claro está) en la estrategia de desarticulación de grupos políticos por los hermanos Moreira, y sobre todo, por la sagacidad del malévolo Gordo Fachas, que le echó el ojo… para sus fines.
No alabo al capo (que caray), solo digo que es sagaz, por malo, y que es malo, aunque por su vanidad desbordada (entiéndase, soberbia) quizá le gusten los adjetivos, al fin, solo explico lo que se es, de unos y otros.
Manolo, a diferencia, fue formado en un laboratorio viejo, de un viejo brujo de la política. Su abuelo (aquel: Luis Horacio Salinas Aguilera, qepd), lo hizo a su imagen y semejanza, para bien y para mal. Fue creado el proyecto Manolo para suplir la gubernatura frustrada en la también frustrada sucesión florestapista (a la caída política del profesor y la renuncia, esa vestida de defenestración).
La herencia pa´lante
“No es ocioso dar un repaso a la herencia negativa de Manolo Jiménez y los juniors del club (y varios hijos.. de Moreira, de Aguillón, de Ramos Gloria), en su voraz paso por la Presidencia Municipal de Saltillo (4 años, casi nada)”.
“Veamos… Colusión criminal con carteles del narcomenudeo y el trasiego. Inseguridad ocultada con ajuste de cuentas y tiradero de cadáveres. Corrupción señalada, en: Desarrollo Urbano, Obras Públicas, Policía, Transporte. Suicidios al alza, sin control ni programa preventivo. Violencia familiar y social. Gasto suntuoso en torreones en Saltillo de 50 millones y bulevares millonarios convenientes a fraccionadores (conflicto de interés extremo del edil). Inundaciones y violaciones varias a reglamentos urbanos. ¿Le seguimos? Faltó la rebusca para del cochinito por si hay campaña de gobernador”.
“Y Chema Fraustro, el alcalde electo, salido del mismo “chute” (del mismo corral, del moreirato): dice que: “Continuará con la transformación de Saltillo que deja Manolo”. Saltillo, ¿transformado en un buen negocio para los Moreira y moreiristas? Ya caigo“.
(De la columna: “Tribunal por Justiciero”, 01/10/21).
A quién extraña
No es extraño para nadie en Coahuila, el indecente y promiscuo dominio político (y más) de Rubén Moreira Valdez: sobre el gobierno, sobre el gobernador (gerente del moreirato, Riquelme el de Moreira); del gabinete, de los cargos y candidaturas, y sobre todo, sobre el dinero publico y los sobornos por complicidad con el crimen.
Este Gordo Fachas ya prepara una camada de relevos, unos viejos y otros jóvenes, unos sin ligas sexenales del pasado y otros hasta las chanclas con varios exgobernadores. Los quiere para la gubernatura, para las senadurías, las federales y locales y hasta para las próximas alcaldías.
Rubén dirige desde la mansión en la CDMX, varias cosas: las grillas camarales, la grilla del PRI, (la untada de manos a otros corruptos bien posicionados y la venta a la 4T para salvar su carrera criminal), y hasta los negocios en Coahuila, para lo que debe estar atento a maniobrar (manipular de nuevo) al noviero de Riquelme, muy desatento al gobierno (no le entendió nunca), pero extraviado en las tardeadas en San Pedro Garza García.
Todos los que penden de hilos rubeniles, moneando en el teatro guiñol coahuilteca, aparecen con un denominador común… ¡traer el fierro Moreira en sus traseros políticos!