Cheque en Blanco

¿Cuántas veces alguien te ha pedido extenderle un cheque o documento (firmado) en blanco y se lo has dado? Dato curioso: En 1997, hubo alguien que NO me lo pidió, se lo robó de un cajón con llave, falsificó mi firma y lo cobró casualmente por el saldo exacto que había en la cuenta, pero aquí me refiero a un acto voluntario y cheque (o documento) debidamente firmado. Se dice que el concepto del cheque en blanco o carta blanca (del francés carte blanche; documento en blanco) surge por allá del siglo diecisiete y algunos lo atribuyen al Rey Carlos II, quien siendo todavía príncipe envió, desesperado, un papel firmado en blanco a Oliver Cromwell para que escribiera sus condiciones y perdonara la vida a su padre Carlos I (Cromwell ignoró la oferta). Se dice que extender una carta o cheque en blanco significa otorgar a otra persona absoluta libertad de acción o de escribir sus propias reglas y condiciones. El diccionario Merriam-Webster lo define como “completo poder discrecional” para hacer algo. ¿A quién le extenderías un cheque en blanco o una hoja en blanco firmada? No es lo mismo meter las manos al fuego por alguien que extenderle, a esa misma persona, un cheque en blanco para que lo cobre por un monto o fije condiciones razonables en base a la relación y confianza que existe. Me imagino que casi todos podríamos pensar en una o varias personas en quien confiaríamos un documento o cheque en blanco, pero no creo que la lista sea muy grande y aún así, las condiciones, circunstancias y las relaciones cambian por lo que tal vez a una persona hace 5 años le hubiéramos extendido dicho cheque, pero el día de hoy ya no nos animaríamos. 

Vino a mi mente el tema de esta columna a propósito de un muy atinado tuit del analista político Manuel Díaz quien apenas hace un par de días señaló en unos cuantos caracteres lo que debería ser obvio para todos, pero no lo es para muchos: “Que un candidato sea ‘opositor’ no debe ser cheque en blanco para seguirlo como borregos. No somos la secta. Propuesta, equipo, compromisos, antecedentes, preparación, logros. Las cúpulas no nos representan“. No comulgo con todo lo que Manuel opina en Twitter o con partes de su visión de oposición o percepción de la 4T, pero en este caso en particular dio en el clavo de una forma muy directa y clara que deberíamos insistir en propagar entre quienes se sienten urgidos de quitar a la 4T, pero que pocas veces se cuestionan para qué o a cambio de qué sacaríamos a la 4T. Lo mismo para quien considera a la 4T infalible. Es una conversación que debemos tener urgentemente en México, especialmente ahora que vemos que se ha consolidado y se festeja una alianza que incluye lobos disfrazados de ovejas, ovejas descarriadas, pastores que se olvidaron de su rebaño e imágenes de priistas vestidos de azul y arropados por panistas ortodoxos que eran anti-priistas (sí, me refiero a Coahuila y en particular a esa foto de Manolo vestido con chaleco azul del PAN y rodeado de panistas, con Esther Quintana portando una de sus mejores sonrisas).

Quienes propusieron la famosa alianza opositora (Claudio X. & Co.), además de haber convencido a grandes sectores de la población de que solo hay de dos sopas (la 4T o una alianza), parecen haber dado un paso crucial para ir en alianza en 2024. Se pactaron ya algunas reglas y procesos en el que los partidos relevantes en cuestión (PRI y PAN), acompañados de un muy disminuido PRD, se pusieron de acuerdo para coordinarse sobre las elecciones en el Estado de México y Coahuila y, supuestamente, para la presidencial en 2024. Dicen que tomarán en cuenta a la “sociedad civil” pero no es claro quién o cómo se califica para ser parte de la sociedad civil que los partidos y el señor X reconocerán. ¿Qué de las propuestas o ideas de los ciudadanos, cansados de los de hoy y los de ayer, serán tomadas en cuenta? Tengo muy amplias reservas acerca de dichos procesos, especialmente porque el PRI nunca me ha dado confianza y porque el PAN, ese por el que cuidé casillas hace más de 30 años, parece haber sido sepultado entre los escombros de las guerras civiles internas. Es apropiado empezar hoy por mandar una señal a los de la alianza y decirles que NO podemos darles un cheque en blanco; que deben ganarse el voto y el apoyo con ideas, propuestas y miras que sean mucho más que un simple voto de castigo a un mal gobierno de la 4T (gobiernos malos hemos tenido muchos). Es difícil pensar que PRI y PAN, con la misma gente e ideas (pocas, por cierto) que formaron una serie de gobiernos malos y que hizo necesaria la llegada de AMLO, puedan armar un plan creíble y suficiente de verdadera transformación. Si cuentan con que el hartazgo o la fobia (muy real) que existe sobre la 4T es suficiente, se llevarán una desagradable sorpresa y habrán puesto los cimientos para que MORENA repita en 2024 y en 2025 veamos como MORENA se asocia con el PRI y entre ambos dejarán al PAN en cuidados intensivos, completando el ciclo para PlutarcoAMLO y otros priistas para refundar al PRI de los siguientes 80 años.

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