AstraZeneca seguirá pruebas de la vacuna en Brasil pese a muerte de un voluntario

Un voluntario que participaba en ensayos clínicos de la vacuna contra Covid-19 desarrollada por el grupo farmacéutico francés AstraZeneca y la Universidad de Oxford murió en Brasil, informaron ayer todas las autoridades involucradas en el proyecto, aunque no se sabe si recibió la vacuna o un placebo.

Es la primera muerte reportada de los diversos ensayos de biológicos contra el coronavirus que se desarrollan en el mundo. El voluntario era un médico de 28 años que trabajaba en la primera línea de la pandemia y murió por el virus, según la prensa brasileña.

Tras una evaluación de este caso en Brasil, la Universidad de Oxford explicó en un comunicado que no ha habido preocupaciones sobre la seguridad del ensayo clínico, y la revisión independiente sumada a la agencia reguladora brasileña recomendaron que el estudio debe continuar.

Citando fuentes cercanas a los ensayos, el diario brasileño O’Globo y la agencia internacional de noticias Bloomberg dijeron que el médico figuraba en el grupo de control, es decir, recibió placebo en lugar de la vacuna en fase de pruebas.

AstraZeneca aseguró en un comunicado que por la cláusula de confidencialidad no puede dar detalles sobre ningún voluntario, pero que la evaluación independiente no generó preocupaciones sobre la continuidad del estudio en curso.

La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil, por su parte, no dio más detalles por la confidencialidad médica de los involucrados en las pruebas. A principios de agosto, el gobierno brasileño acordó comprar 100 millones de dosis de esta vacuna.

Oxford y AstraZeneca suspendieron todos sus ensayos de la vacuna en septiembre cuando una voluntaria en Reino Unido, a quién se aplicó una dosis y no un placebo, tuvo síntomas consistentes con un raro pero serio desorden inflamatorio espinal, lo que fue ligado a síntomas de mielitis transversa, pero esto no habría confirmado el diagnóstico.

En este contexto, el presidente Jair Bolsonaro descartó la compra de la vacuna CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac, y lanzó dudas sobre su seguridad, al decir que el pueblo brasileño no será conejillo de indias de nadie.

El martes, el ministro de Salud, Eduardo Pazuello, quien ayer dio positivo a Covid-19, anunció tras una reunión con los 27 gobernadores del país que el gobierno federal había llegado a un acuerdo con el estado de São Paulo, que ayuda a testear y producir la sustancia, para comprar 46 millones de dosis.

El ministerio explicó en un comunicado que las palabras de Pazuello fueron malinterpretadas y precisó que no había un compromiso firme de compra, sino sólo un protocolo de intención.

Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), advirtió que la desinformación sobre una futura vacuna contra el Covid-19 ha provocado confusión y representa un obstáculo para contener la pandemia en América, la segunda región más golpeada en el mundo después de Europa.

Agregó que casi todos los países de América Latina y el Caribe se unieron o están en proceso de sumarse al mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para recibir una vacuna. La región tiene 18.8 millones de casos y más de 608 mil muertes.

A escala global, la pandemia dejó hasta ayer un millón 129 mil 185 muertos y 41 millones 88 mil 902 casos confirmados, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins.

La OMS informó que Europa, donde hay 254 mil 318 muertes y 7 millones 834 mil 778 infectados, volvió a reportar nuevas cifras históricas en su conteo semanal de casos: más de 927 mil.

La Jornada

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