2020, el año de la Insumisión

Ya termina este doloroso año, el más violento de la historia de México, el más lento y apabullante de los muchos que nos ha tocado vivir, sobre todo por esa variable que es la incertidumbre en el rumbo nacional y local.

Refiere Facundo Cabral: “Mi madre no llevaba agenda porque hacia solo lo que amaba y eso se lo dictaba su corazón”. Tiempos lejanos los de la reflexión, la siesta reparadora, la sabiduría para decidir y sobre todo la alegría por vivir.

Hoy parecería que estaban empujando las cosas a fin de poder pensar en ellas cuando venga la jubilación y entonces es demasiado tarde.

Ante la velocidad atropellante de una juventud que galopa y que en lugar de saltar obstáculos los derriba, no queda otro remedio que hacerse a un lado a fin de que solitos vayan a estamparse con la pared y así aprendan la lección, de lo que nos pasó en tal o cual circunstancia.

Como se extraña a los filósofos, a los sabios, a los maestros de vida, aquellos que nos enseñaron sobre la esencia y permanencia del ser humano y de su transformación en seres perfectibles que derramaran bondad, alegría, solidaridad, justicia y respeto.

Conocer la vida es un ejercicio perdido en el intento, de Ortega y Gasset viene el legado que refiere que vivir es encontrarnos de repente inmersos en una aventura de dar y hacer y que nuestra misión es precisamente disfrutar ese lapso.

Nos platica el filósofo español: “Vivir no es entrar por gusto en un sitio previamente elegido a sabor, como se elige el teatro después de cenar – sino que es encontrarse de pronto, y sin saber cómo, caído, sumergido, proyectado en un mundo incanjeable, en este de ahora. Nuestra vida empieza por ser la perpetua sorpresa de existir, sin nuestra anuencia previa, náufragos, en un orbe impremeditado. No nos hemos dado a nosotros la vida, sino que nos la encontramos justamente al encontrarnos con nosotros. Un símil esclarecedor fuera el de alguien que, dormido, es llevado a los bastidores de un teatro y allí, de un empujón que le despierta, es lanzado a las baterías, delante del público. Al hallarse allí, ¿qué es lo que haya ese personaje? Pues se halla sumido en una situación difícil sin saber cómo ni porque, en una peripecia: la situación difícil consiste en resolver de algún modo decoroso aquella exposición ante el público, que él no ha buscado ni preparado ni previsto. En sus líneas radicales, la vida es siempre imprevista. No nos han anunciado antes de entrar en ella -en su escenario, que es siempre uno concreto y determinado-; no nos han preparado.”

La paradoja consiste en que tipo de escenario va a ser nuestro legado porque lo que se avizora lleva una pesada carga de sumisión.

El ser humano es un centro del que deberían partir como ciudadano , la exigencia del buen obrar de sus gobernantes, sin embargo hoy los papeles se cambian a través de gobiernos impositivos que lejos de obedecer a sus electores, les imponen cargas económicas y sociales y a su vez dan más importancia al sentir minoritario que al clamor de la mayoría.

Un mundo del revés se vive hoy en Coahuila, tierra en que los valores fueron olvidados y se dio paso a los intereses creados.

Es precisa una rebelión del pensamiento a fin de rescatar a traces de la revolución de las ideas y de las actitudes, el futuro que nos pertenece sin la anuencia de la autoridad.

Alejados de la utopía, es posible una sociedad mejor que no necesite del gobierno sino para hacer obras del bien común. Un simple administrador honorario de la provisión de los servicios públicos de calidad y de la honesta cuenta pública que nuestros impuestos proveen.

Como con el narcotráfico, es necesario cercar al gobierno en la administración de nuestros recursos y vigilar el destino de peso por peso a través de un ente ciudadano.

Una sociedad en la que los jueces sean electos por sus comunes a fin de evitar el tráfico de la justicia y su patrimonio desnudo.

Este 2020, Coahuila puede despertar de la sumisión y el camino es sencillo, despójate del velo del miedo y ya verás que los hombres de bien son mayoría, pero estamos en la modorra y eso tiene a los trapaceros complacidos.

#CoahuilaInsumiso, #VaEnSerio 

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