Una vista a los megaproyectos de la 4T: El Corredor Interoceánico

Desde su campaña electoral, Andrés Manuel López Obrador hizo público que, entre los proyectos de infraestructura más emblemáticos de su administración, destacarían: el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el nuevo aeropuerto de Santa Lucia, ubicados en el centro y Sur-Sureste del país.

La situación de olvido y poco desarrollo en que se ha mantenido la parte sur-sureste de México es contrastante en relación con el resto de la república, por lo que se le debe poner atención a las necesidades más apremiantes de esta zona y así poder impulsar el desarrollo social, la economía y la infraestructura de diversos tipos.

El economista venezolano Ricardo Hausmann, creador del Atlas de la Complejidad Económica en México, resume en una frase la situación de nuestro país: “En México conviven dos realidades económicas opuestas: la del norte, que puede competir en productividad con Corea del Sur, y la del sur, que a duras penas puede hacerlo con Guatemala”.

El primero de los megaproyectos (Corredor Interoceánico) se trata de un puente terrestre ferroviario ubicado en la franja más angosta del territorio mexicano, —el istmo de Tehuantepec— donde los océanos Pacífico y Atlántico están separados por solo 310 kilómetros (Un poco más que la distancia Saltillo/Torreón: 252 km; y menos que la de Saltillo/Zacatecas: 385 km). Este puente reduciría en 10 días el viaje de buques y contenedores que utilizan el canal de Panamá, lo que representaría ahorros de más de dos mil millones de dólares.

Desde el siglo XIX, el proyecto de unir logísticamente el Golfo de México con el océano Pacífico por la ruta más corta —a través del istmo de Tehuantepec— ha sido considerado como un posible detonador del desarrollo de una de las zonas más complejas del país. Sin embargo, los altos costos, la competencia del Canal de Panamá y varios retos sociales y ambientales han pospuesto su realización.

En 1907 se inició el periodo de esplendor para el movimiento internacional de mercancías, cuando el Gobierno de Porfirio Díaz conectó el ferrocarril del istmo con las obras portuarias en los extremos de este cruce interoceánico (los puertos de Salina Cruz, en el litoral del Pacífico y Coatzacoalcos, en el del golfo de México). En 1914 se inauguró el canal de Panamá y se abandonó el corredor del istmo de Tehuantepec, que funcionó con buen éxito económico, hasta la apertura del Canal de Panamá.

En 2007, a 100 años del periodo de esplendor comercial del cruce por el istmo, se buscó implementar el proyecto Sistema Logístico del Istmo de Tehuantepec, para activar un corredor multimodal complementario a la cada vez más congestionada vía del canal de Panamá, mediante la modernización de la infraestructura carretera, ferroviaria y portuaria de la zona. Por otra parte, en ese mismo año comenzaron las obras de ampliación del canal de Panamá, que consistieron en la construcción de un tercer juego de esclusas para permitir el paso a los enormes buques Post Panamax, que actualmente no pueden circular por esta vía acuática, por sus dimensiones.

Sin duda, la crisis aplazó en forma temporal los proyectos que integraban el Sistema Logístico de Tehuantepec; no obstante, ante la notable recuperación de los flujos de mercancías en los ámbitos global y nacional, en el segundo trimestre de 2010 se relanzó la idea de constituir un corredor multimodal en esta región.

En esta administración federal, el presidente de la República ha planteado la necesidad de desarrollar el corredor interoceánico, donde convergen dos puertos de altura, un cruce ferroviario y tres estados del país con altos grados de marginación y pobreza (Oaxaca, Chiapas y el sur de Veracruz).

Este proyecto incluye la rehabilitación y modernización del ferrocarril, la modernización de carreteras primarias y secundarias, el fortalecimiento de la red aeroportuaria, la instalación de fibra óptica, y la modernización de los puertos de Coatzacoalcos, Veracruz y Salina Cruz, en Oaxaca. También la creación de una zona franca, diez parques industriales y un gasoducto, con una inversión de aproximadamente 250 mil millones de pesos y la generación estimada de 70 mil empleos. Además logrará impulsar y diversificar la economía de la región al detonar algunos encadenamientos productivos, e impulsará el potencial eólico, hidroeléctrico y geotérmico de las entidades.

El Corredor conectará los dos océanos, e impulsará el desarrollo de productos regionales fuera del mercado mexicano, también promoverá la inversión de desarrolladores de parques industriales y algunas empresas de manufactura.

El plan contempla, un nuevo impulso petrolífero vía Campeche, Tabasco y Chiapas; además de la logística industrial que se promueve desde Yucatán y del inicial proceso de industrialización que emerge desde Quintana Roo, a partir del Parque Industrial con Recinto Fiscalizado Estratégico, ubicado en la ciudad de Chetumal.

Este proyecto, se construye con una nueva relación entre la región y la nación, entre lo local y lo universal, entre el Estado y los grupos originarios. Se trata de un sueño histórico que se hará realidad, capitalizando la estratégica posición geográfica del país, para ser una puerta de entrada o enlace entre Estados Unidos, Europa y Asia.

Rodolfo Garza Gutiérrez

rodolfogarzag630@qgmail.com

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