Un milagro para Coahuila

Soy católico y creo, por eso espero un milagro para Coahuila.

Hablo de un milagro divino porque los mal llamados milagros políticos solo obedecen a la bipolaridad convenenciera de los cínicos detentadores del poder público.

Un milagro que abra los ojos a los coahuilenses, un milagro que cure la discapacidad de dignidad de los habitantes de esta noble tierra, un milagro que haga resurgir el valor y el civismo que los coahuilenses heredamos de nuestros antepasados: insurgentes, reformistas y revolucionarios; generales y maestros, ingenieros y abogados; arquitectos de nuestro destino

Moneda de cambio

Coahuila es ínfimo ante los ojos ambiciosos de los políticos del Centro del país, pero olvidan que, aunque a sus ojos es bajo en porcentaje nacional de votos, para los coahuilenses es nuestra patria chica, nuestra tierra bendita.

Así la ven a Coahuila (los mercaderes de la política) y así la usan, cual cacao Maya del trueque, como pieza menor en un intercambio indecoroso, por supuesto, como una moneda de cambio entre corruptos y desalmados que, a cambio de impunidad, unos, y para reformas legislativas, otros, juegan con el destino de la gente. 

Y díganme, porque no la veo, ¿dónde reside la dignidad del pueblo de Coahuila?, elemento indispensable, para, con valor moral y personal, no dejarse pisotear por caciques y por vendepatrias.

Un milagro

Nada menor que un milagro, debe suceder para enderezar el rumbo de Coahuila.

“Suceso extraordinario y maravilloso que no puede explicarse por las leyes regulares de la naturaleza y que se atribuye a la intervención de Dios o de un ser sobrenatural”. Milagro.

Coahuila, entidad que ¡asoma al desfiladero de la historia!, al validar, de nuevo y por 6 años más de saqueo y criminalidad. Un corrupto sexenio de la ralea Moreira; uno más (llevan 3, 18 años).

Yo espero

Yo espero que la gente de Coahuila, la bien nacida y decente, que es la mayoría, nos acordemos que nuestro origen es moral y es ético, que es de lucha por la libertad y la justicia verdaderas, la nuestra, hoy, y la de otros antes de nosotros, preclaros valientes que nos heredaron la tierra, que dieron su vida por creer y defender este legado.

La justicia, rara avis y usada en la escasez, solo para asustar opositores, debe aparecer en Coahuila y de un golpe certero, sacar de la competencia al corrupto y dar paso a la alternancia, al cambio real, a la decencia gubernamental.

Coahuila nos necesita, la tierra querida está en riesgo, estos criminales que la secuestraron hace 18 años, pretenden depositarse en el poder y robarlo todo: recursos, dignidad y libertad, memoria y decencia.

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