Trabajar por el cambio en las masculinidades

En Coahuila, la violencia en contra de las mujeres ya no es noticia, es un lugar común, el año pasado Coahuila alcanzó el nada honroso lugar de ser el décimo estado en el que el número de mujeres maltratadas aumentó con respecto al año 2020, el incremento fue de un 200 por ciento, a mí me producen rabia estos hechos ¿habrá que resignarnos, nos merecemos el maltrato, los golpes y la discriminación crecientes?

Sí los agresores son los hombres el problema está en ellos y en ese caso hay que reeducarlos, buscar las causas de su violencia al parecer innata, lo cual es más que complejo, pero no imposible; desde hace siglos las mujeres hemos creado movimientos feministas a fin de buscar nuevos marcos de interpretación de la realidad que investigan estas formas de acción y reacción que afectan las relaciones entre hombres y mujeres.

En Torreón, el DIF anunció recientemente que, a través de los Centros CAIF, por medio de grupos de autoayuda con fines reeducativos se ofrece a la población masculina que presenta conductas violentas, identificar los patrones de violencia vividos y evitarlos desarrollando cambios en sus habilidades, promoviendo la cultura de paz y autocuidado, una magnífica iniciativa que se afirma se reproduce en 23 municipios, aunque no se menciona en cuáles, la meta es colaborar a la integración familiar.

La masculinidad hegemónica es una construcción cultural e histórica que determina los roles y estereotipos tradicionales de género que han sido fundamentales para que los hombres se relacionen de una determinada forma con las mujeres y con otros hombres, sería la forma aceptada de ser un varón adulto en una sociedad concreta, ese modelo ya no responde a los cambios que la sociedad actual y requiere modificaciones ya que en muchos casos deriva en conductas autodestructivas y violentas, así como en la imposibilidad de expresar las emociones sin que ello les genere críticas o burlas y culpas. Es preciso aclarar que las masculinidades, como los feminismos, no son “naturales”, son varias, diversas y cambiantes, de ahí su complejidad al abordarlas ya que dependen de variables como, la edad, la situación socioeconómica, el origen étnico, la cultura y la orientación sexual, entre otras.

Las características esenciales de la masculinidad hegemónica son, que es representada por el hombre proveedor, heterosexual, fuerte, poderoso, mujeriego e insensible, es lo inherente del sistema patriarcal y emociones como la ternura, el miedo o la tristeza no deben de expresarse en el varón, quien debe demostrar su hombría y virilidad con las mujeres y  ser no vulnerable.

Se atribuye al hombre macho el actuar como responsable del bienestar económico de su familia, aunque para las generaciones más jóvenes el ser macho puede referirse a conductas socialmente estigmatizadas como golpear a la esposa o hijas y de este modo mostrar su fuerza, en realidad son creencias, conductas, actitudes y prácticas sociales que justifican y promueven actitudes discriminatorias contra las mujeres.

El machismo es una expresión sexista de una forma de masculinidad que se presenta en la mayoría de las culturas, por lo general es una conducta violenta en contra de las mujeres, el macho es un estereotipo del que los hombres no se pueden desprender fácilmente ya que legitima y justifica socialmente las acciones por lo general violentas de éstos, pretende mantener los privilegios de los hombres al establecer roles y jerarquías en las familias.

Los hombres homosexuales no son parte de la masculinidad hegemónica, generalmente son objeto de una gran homofobia. La cultura machista tiende a justificar el acoso de los hombres hacia los homosexuales y las mujeres.

De la masculinidad hegemónica han surgido nuevas organizaciones de hombres que buscan la igualdad y la eliminación de la violencia en contra de las mujeres, estas son, las masculinidades emergentes, masculinidades diversas, masculinidades igualitarias y la de Torreón, masculinidades por la paz  que tienen en común: El uso de la perspectiva de género para cuestionar la masculinidad hegemónica, reconocen que hay otras formas de ser hombre, cuestionan los privilegios que el sistema patriarcal ha dado a los hombres. Promueven relaciones sociales de género basadas en la igualdad de oportunidades y derechos para todas las personas.

Así se construyen sociedades con mayor democracia, respeto del Estado de Derecho y los derechos humanos, hay otros cambios importantes que se vislumbran, esa es la ruta.

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