Santo Cristo de la Capilla, una devoción de 412 años en Saltillo

Fray Jerónimo Verduzco, Coahuilense de nacimiento, plasmó en puño y letra su amor en su libro Lágrimas por Cristo crucificado al Santo Cristo de la capilla.

Como cada 6 de agosto, se espera que las danzas de los matachines resuenen todo el día, en su honor, mientras que la Plaza de Armas y las calles aledañas se vuelven una verbena popular, en esta ocasión por el Covid-19 se llevará de manera virtual para evitar que se propaguen los contagios.

En Saltillo, Coahuila, la fe y devoción en torno a la imagen del Santo Cristo de la Capilla atrae a propios y extraños. Fieles católicos de todas partes se congregan cada 6 de agosto para adorar a la imagen en espera de un milagro.

La historia relata que la imagen del Santo Cristo fue traída a Saltillo en marzo de 1608 por el comerciante Santos Rojo de la feria de Jalapa, Veracruz, aunque algunas versiones señalan que llegó sola a “lomo de mula” hace 411 años. Este martes 6 de agosto, como cada año, Saltillo tendrá una de sus fiestas religiosas más importantes de la ciudad, pues en los alrededores la Catedral de Santiago y su capilla se han instalado comerciantes y preparado gran vendimia para los fieles católicos.

Sus milagros se proyectan con una serie de ofrendas representadas en piezas de metal conocidos como exvotos, que han sido depositados en la capilla en reconocimiento por haberles concedido sus peticiones.

Florinda Padilla, acudió años anteriores a hacerle una petición a quien ha sido adoptado en Saltillo como un santo patrono, “mi esposo Juan tenía hidrocefalia, y ahora venimos a agradecerle que ya está caminando”.

Al concluir la misa, con sólo un bastón de apoyo, Juan intenta caminar hacia la plaza, sin importar la poca visibilidad que tiene por dicha enfermedad, pero contento de su milagrosa recuperación. Para María de Jesús Sánchez, la fe debe mantenerse y aún esperan el milagro por la recuperación de su madre a quien lleva en silla de ruedas para orar, “la fe nunca debe perderse porque es lo que nos mantiene de pie, sabemos que el milagro va a llegar y por eso hay que seguir pidiendo”.

Aprovecha que se congregan muchas almas para invitarlas a participar en la campaña por la paz, ayunando varios días y orando por los problemas que enfrenta el mundo.

“Estamos en un momento en donde nos hace mucha falta la paz, ya no nos apoyamos unos a otros, necesitamos recuperar esa solidaridad”, expone.

El pasado 27 de julio se hizo el descenso de la imagen para dar paso al novenario.

La Catedral de Santiago sin recibir fieles por tema de la pandemia y llevando a cabo de manera virtual verá la falta de las personas y sus tradiciones como en cada año, como la danzas de los matachines que resuenen todo el día, en su honor, mientras que la Plaza de Armas y las calles aledañas se vuelven una verbena popular.

ColumnasdeMéxico.com

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