Sanación holística

Este fin de semana por segunda ocasión vi el documental “Heal” (sanar) , como parte de mi rutina por la nueva normalidad de ver películas o series en casa, lo cual está convirtiéndose en un buen ejercicio de reflexión de temas que toman otra dimensión cuando se les analiza bajo circunstancias muy específicas, como esta ocasión en la que el que suscribe presenta un cuadro crítico de fibromialgia desde hace varias semanas, por lo que recordar los conceptos de esta película que habíamos visto hace un par de años, fue no solo consolador sino inspirador de este artículo a consideración del lector.

El impacto que tienen en la salud de las personas, los pensamientos, las creencias y las emociones, así como la capacidad de sanar que también poseen éstas, es el argumento central de esta producción en la que se presentan testimonios de enfermos que remitieron sus malestares, así como entrevistas con líderes espirituales, expertos en sanación holística y maestros energéticos que practican la llamada medicina alternativa.

Tema de particular interés es la destrucción y causa de múltiples enfermedades que ocasiona el estrés y la forma de vida que hoy se adopta en la mayor parte de los países occidentalizados y que aparece como la principal raíz del 90 por ciento de los padecimientos humanos.

Antes de continuar quisiera dejar en claro que estos conceptos no están reñidos con la medicina basada en la ciencia, sino que en mi experiencia son complementarios, sin escatimar que existen traumatismos o padecimientos que requieren inevitablemente la intervención de la cirugía médica.

Lo aclaro porque en la infodemia que hoy padecemos en las redes sociales, he visto la polarización entre grupos que quieren confrontar a la ciencia médica con la medicina alternativa, como si fueran enemigos, sin saber que es un complemento excelente en el tratamiento de las personas.

He leído postales extremas en las redes sociales como ésta que ejemplifica con claridad a lo que me estoy refiriendo: “cuando entres a cirugía, ¿con qué meditación o con qué homeopatía quieres que te anestesien?”. Esta imagen explica lo absurdo de un debate que ni siquiera debería existir.

A pesar de haber transitado muchos años de mi vida entre el agnosticismo y el escepticismo, tuve la fortuna de entrar en contacto hace un par de décadas con el pensamiento de Deepak Chopra, quien de ser un médico que por muchos años se dedicó a observar y a entender el cerebro, emprendió una corriente basada en el poder de la mente en la curación médica, así como la espiritualidad y el poder de las ideas, las creencias y las emociones, en el organismo de las personas.

Desde que conocí primero a este autor y después a varios muy diversos con visiones similares, a quienes no cito para no excluir a ninguno, he podido experimentar en mi salud personal, así como en el trabajo con adictos y codependientes, que en las enfermedades ni todo es psique, ni todo es soma, ni todo es emocional, ni todo es energético, ni todo es físico u orgánico, los padecimientos suelen ser de origen multicausal y la mejor forma de abordarlos es con una visión holística.

En materia de adicciones hemos dejado siempre en claro que el abordaje más recomendado es el que incluye medicina y farmacología cuando sea necesario, terapia individual, redes de apoyo y grupos, así como el camino espiritual.

De igual forma en muchas enfermedades orgánicas, la combinación de la espiritualidad (que no es lo mismo que la religión), la medicina cuántica y la ciencia médica, son una excelente combinación para abordar de forma integral los padecimientos.

Me parece formidable que en este siglo 21 estamos regresando a los conceptos básicos universales y que hoy un paciente lo mismo pueda ir con un traumatólogo que con su reflexóloga clínica o que las sesiones de Reiki puedan combinarse con otro tipo de terapias para lograr el bienestar de las personas.

De la película que dio origen a estas líneas me quedo con la respuesta de uno de los maestros divinos a quien le preguntaron su opinión acerca de los escépticos: “los escépticos no me preocupan, mejor trabajamos con el 90 por ciento de las personas que sí creen, que se están dando la oportunidad y se están curando, los escépticos siempre serán escépticos y no hay que enfocarse en ellos”.

Reconozco haber sido de este segmento de escéptico por muchos años hasta que, como dicen, nadie experimenta en cabeza ajena, pude ser beneficiado por la sanación holística en cualquiera de sus formas.

Cuando alguien me invitó a un curso de reiki entré con todas las dudas y puedo ser un testimonio de la conversión que ahí viví, que dio pie a que siguiera estudiando hasta el grado de Maestro Reiki, actividad que hoy combino con mis estudios de especialista en adicciones y otras habilidades que he ido adquiriendo con el tiempo.

Ahora con el aislamiento de la pandemia, me di la oportunidad de entrar a un grupo de coaching ontológico, de esos que a veces son satanizados por los psicólogos o psicoterapeutas, y pude constatar la bondad de esta técnica si partimos de la premisa de que los seres humanos somos luz, somos luminosidad y siempre habrá nuevas maneras de ayudar al prójimo.

En 1990 cuando trabajaba para una empresa de cristal automotriz, elaboré el manual de inducción para los trabajadores y su base filosófica la tomé, por instrucciones del gerente de operaciones de la planta, del libro que entonces era un bestseller, “Poder Ilimitado” de Anthony Robinns.

También gracias a la pandemia que nos ha acercado en un mundo global, a través de las herramientas tecnológicas de videoconferencias, en octubre participaré en el curso en línea de Tony Robbins, “Descubre el poder que hay en ti”, que en condiciones normales habría costado un viaje al extranjero, viáticos, hospedaje y un oneroso boleto para ingresar y que en esta modalidad es sumamente accesible para quienes nos interesamos en el tema.

Soy respetuoso de la libertad de expresión, de culto y de creencias, por lo que jamás trataré de imponer mi pensamiento, mismo que defiendo de la misma forma que aceptó a quienes piensan diferente, pero lo que sí puedo es atestiguar que la sanación holística es una gran herramienta para el mayor de los males del siglo 21, el estrés.

Ahora mismo que tengo una crisis de fibromialgia, que es una de múltiples enfermedades autoinmunes de la que la medicina tiene muy pocas explicaciones y tratamientos comprobados, estoy usando farmacología con receta del inmunólogo que me diagnóstico, combinado con plantas, suplementación alimenticia, un régimen libre de gluten, activación física, meditación, terapia antiestrés y sesiones energéticas, con lo cual está reincidencia en seis semanas está aparentemente controlada, contra los seis meses que me duró la primera vez que se presentó hace cuatro años.

Puede el lector dudar de todo lo que aquí escribimos y de las bondades de la medicina basada en estilo de vida u holística y está en su derecho, pero si es de los que ya ha probado de todo y no encuentra salud integral, además de recomendarle la película de “Heal”, le invito a no desechar lo que no conoce y a darse la oportunidad de explorar algunas de las técnicas ancestrales de sanación para el ser humano.

https://www.milenio.com/opinion/omar-cervantes/la-alegria-de-vivir/sanacion-holistica

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