¡Que empiece por mí!

Los lemas de los grupos de 12 pasos suelen ser maravillosos no sólo para los que asisten a ellos, sino para cualquier persona e incluso llegan a ser prácticamente del dominio público como el famoso “sólo por hoy” de los alcohólicos anónimos que se ha extendido a cualquier cantidad de pensamientos relacionados al aquí y al ahora, así como el que hoy deseamos abordar, que es los grupos de Al-Anon y que reza: “que empiece por mí”.

“Que empiece por mí” significa que deje de ver la paja en el ojo ajeno y vea la viga en el propio, que abandone el interés de hablar del otro y predique con el ejemplo, que en lugar de acusar lo que hacen los demás me enfoque en mis acciones y, que desista de pensar en que el prójimo es el culpable de todo y asuma mi propia responsabilidad.

¿Parece difícil? Seguramente para muchos lo es, sobre todo si hacemos válida la frase de que “la palabra convence, pero el ejemplo arrastra”.

A algunos puristas parecería una obviedad estar hablando de ello, pero en los hechos es una realidad que se presenta en todos los ámbitos y nos invita a reflexionar sobre una pregunta que suelo hacerles a mis consultantes: ¿y tú de que te haces responsable? O como decían las mamás en mi infancia, “algo habrás hecho tú”.

Lo cierto es que es más fácil jugar al papel de víctima y ser acusador de todo lo que “nos hacen”, en vez de hacernos responsables y tomar las riendas de nuestras vidas.

En el mundo de las adicciones es casi generalizado que cuando es un familiar quien se acerca a pedir ayuda, lo hacen solicitando que “arreglemos a su enfermo”, muchas veces en contra de su voluntad. Por ello cuando preguntamos, ¿y si su familiar no quiere ayuda, estaría usted dispuesta (o) a ser quien la reciba para saber como convivir con la enfermedad de la adicción? La respuesta casi esperada es: “yo no tengo ningún problema, el (ella) es quien consume y quien debe venir a consulta”.

Después de explicarles el modelo sistémico familiar de atención con el que trabajamos, de platicar sobre su posible codependencia y de hacer una exploración, hacemos una pregunta en caso de que el consumidor no desee cooperar: ¿estás dispuesto (a) a comenzar por ti? Si la respuesta es sí, el proceso de recuperación del sistema podría estarse activando. ¡Ahí dejo la sugerencia!

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