Ojo al comprar un inmueble

Una de las más altas aspiraciones del ser humano es poder hacerse de un patrimonio: adquirir un bien inmueble en el que pueda vivir con tranquilidad, teniendo la certeza jurídica sobre la propiedad y la posesión del mismo.

Trabajamos durante muchos años y ahorramos haciendo sacrificios para poder comprarlo, por eso es importante que no adquiramos problemas. Desgraciadamente hay muchos que lucran con el desconocimiento y la buena intención de quien compra, y aunque hay quienes no actúan de mala fe, al final el resultado es el mismo: problemas largos, juicios costosos y soluciones complejas.

Por eso, lo mejor antes de comprar una propiedad es asegurarnos que estamos tratando con la persona correcta, y esta puede ser una de dos: el dueño registral del bien, es decir, que la escritura inscrita en el Registro Público de la Propiedad (en el caso de Coahuila es el Instituto Catastral y Registral del Estado) esté a su nombre; o bien, un vendedor o tercero que ostente un poder otorgado ante Notario Público que cuenta con facultades de dominio y administración sobre ese inmueble.

También pudiera darse el caso que el propietario del bien sea una persona moral. En ese supuesto el único que puede enajenar el bien es el representante legal de la misma, siempre y cuando la asamblea le haya conferido actos de dominio, que pueden ser para todos los bienes de la sociedad o para uno en específico. Y ese poder debe estar debidamente inscrito en el Registro Público.

Otro escenario que pudiera configurarse es cuando el dueño registral del predio que se pretenda adquirir ya haya fallecido. En ese caso, el albacea de la sucesión es el único que pudiera vender la propiedad, siempre y cuando sea heredero único. Si hubiera más herederos, se requiere la aprobación del total de ellos ante notario, o judicialmente si no todos estuvieran de acuerdo. Al albacea lo nombra el dueño de los bienes en su testamento. Si no hubiera tal, al albacea lo nombran los herederos y si no hubiera consenso entre ellos, es nombrado por el juez durante el juicio intestamentario.

Es muy importante que cuando revisemos los documentos que la parte vendedora ofrezca, cotejemos que los datos de la escritura que exhiba coincidan con los del inmueble ofrecido. Hay que solicitar ante el Registro Público un certificado de libertad de gravamen actualizado, con el cual podremos saber si ese bien cuenta con alguna hipoteca, si participa en algún juicio, si tiene algún aviso preventivo y a nombre de quién está registrado. También hay que verificar, mediante el recibo, que el inmueble se encuentre al corriente en el pago del Impuesto Predial.

Así como toda familia debe contar con un médico de cabecera, todos debemos tener un notario de confianza con quien nos podamos asesorar. También hay asesores inmobiliarios profesionales con conocimiento amplio. Comprar un terreno o una vivienda es uno de los actos más importantes y trascendentales en la vida de las familias.

Hagámoslo con responsabilidad y con orden. No caigamos en la trampa de defraudadores por desconocimiento o por querer hacer las cosas a la carrera. Es nuestro patrimonio y el patrimonio de nuestros hijos.

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