¡Monclova, entre el agua y la indolencia!

Ayer, la naturaleza azotó despiadada a Monclova con aguas extraordinarias, que en horas inundan colonias y avenidas.

Y como siempre, los desposeídos llevaron la peor parte. Junto con la avenida, la basura acumulada llegó hasta las micro cocinas de las raquíticas viviendas de tanta gente pobre. El municipio entró en pánico. Se escondió.

Luego… la inmundicia:

La del drenaje que rebosa y contamina insalubridad a las hacinadas casuchas. Igual de maloliente, la inmundicia gubernamental, que se exhibe cada vez que hay siniestros. Eventos que pudieron evitarse, si cada quien hiciera lo que le corresponde, si cada autoridad cumpliera con su obligación.

Si el Infonavit hace casas dignas, si el gobierno federal hace vialidades duraderas (Peña Nieto), si el gobierno estatal (Moreira) no esquilma el recurso a los municipios. Si la presidencia municipal se concentra en la gente y no en “los puestos” (ahí les hablan Gerardo y Paredes). La realidad es otra. ¡Irresponsabilidad!








¿Qué estará pensando el alcalde de relumbrón, en Monclova?:

¿Debí cumplir mi promesa de campaña de hacer las obras de drenaje pluvial en colonias pobres y bulevares, y no gastar en monumentos al despilfarro y a la antiestética (como el rallador de queso, que costaron los mismos millones que costarían las obras de drenaje pluvial, pero relumbran)?

Luego de la inundación de ayer, que llenó de agua con basura y rebasó los drenajes, la gente se alborota contra la presidencia municipal, que resultó rebasada. Colchones baratos y ayudas menores fue la solución imaginativa de quienes no tienen cara para enfrentar a los electores de ayer a quienes prometieron obras subterráneas (que no se ven pero se sienten). Que por que no se ven no hicieron.

Adivinen que cargo tenía en esta misma administración municipal, el alcalde electo Alfredo Paredes López: Era el director de obras públicas, área responsable de las obras como el drenaje pluvial (que decidieron no hacer).

Hoy el repudio a Gerardo García Castillo, es mayor. Mañana, la factura social será cobrada en las urnas. En pocos meses se elige alcalde de tres años. Las cosas entonces, se verán con claridad.

¡Monclova, entre el agua y la indolencia!.. Dos males, una realidad.

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