Lluvia de febrero. Noelia Candado

A veces debe llover en el corazón para limpiarse el alma.

A todos nos viene bien una tarde silenciosa.

Y porque no todo es necesario en la vida, seria interesante despojarse de algo y también de algunos.

Hoy nada me hace falta, porque poco a poco voy convenciéndome de que tengo que empezar de nuevo y lo que pertenece al ayer, hoy sobra.

Una mirada diferente y un misterioso camino dónde puedo transitar en busca de diferentes desafíos.

La vida se está acomodando con el molde que quiero.

No me canso de dibujar, tengo la esperanza de un niño, cargo en los bolsillos poesía y cuentos furtivos.

Ya puedo escuchar la canción que solo mi mente entiende.

Y creo comprender lo maravilloso que resulta la libertad de ser uno mismo; descubriendo y encontrándose para despertar e invitar a otros a la vida que acontece ahora mismo.

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