La polémica del miedo

Recientemente se desató en este país una discusión pública muy interesante. Resulta que la Secretaría de Educación Pública propuso que era necesario que los profesores y los estudiantes conocieran la obra de Karl Marx y de Friedrich Engels. La propuesta levantó ámpula, “este gobierno nos lleva al comunismo”, fue el grito generalizado: la de Marx es una obra que no sirve para nada, es un proyecto fracasado y fuera de tiempo, por lo que en años pasados los libros de Marx fueron quemado o echados a la basura porque son inútiles, fuera, son algunos de los argumentos más escuchados y se rechazó que incluso Marx fuera estudiado y analizado en la educación superior. Fue una inquisición discursiva neoliberal. 

Esa una negativa inaceptable, ya que la obra de Marx ha tenido un gran significado para numerosas sociedades del mundo, principalmente para los trabajadores ha sido una herramienta fundamental y es que es una obra que refleja la lucha de los trabajadores por superar una sociedad injusta, opresiva, de tremendas desigualdades sociales, una lucha para superar las condiciones laborales de largas horas de trabajo con bajísimos salarios, en condiciones antihigiénicas, sin seguridad social, una lucha laboral que ha pretendido cambiar esas condiciones y sí, gracias a las reformas las leyes, los derechos laborales han avanzado, superando las condiciones de esclavitud en las que hace decenas de años se trabajaba, aunque esto no ha terminado del todo. 

Lo importante de la obra de Marx es comprender que no se trata de individualizar los problemas, éstos son provocados por procesos sociales, en primer lugar y se presentan lo mismo en los Estados Unidos que en la India, México y toda América Latina por lo cual es evidente que estos fenómenos están interconectados, nos llevan más allá de lo lineal. 

No se ha comprendido que el trabajo de Marx es una obra que nos permite analizar, pensar las causas de los problemas pasados y actuales de las sociedades para comprenderlos y superarlos mediante esfuerzos sociales conjuntos y en el marxismo se tiene una herramienta muy crítica, sobre todo cuando se comprende que hay intereses que son de todos, son sociales contra los de grupos que chocan, sobresalen los que son colectivos que son producto del trabajo y se van hacia el beneficio particular. 

La paranoia en contra de la propuesta de estudiar colectivamente el marxismo ha levantado un discurso chovinista que subraya, “con nuestros hijos no se metan”, como si éstos fueran cosas, o propiedad privada; en la historia de México ya se han presentado casos de oposición; durante el mandato de Lázaro Cárdenas que se propuso la educación socialista, los sectores “neomacartistas” (conservadores opuestos que piensan que el capitalismo es insuperable), sin entender que el marxismo es un método vigente de estudio de los fenómenos sociales y los actuales.  

La histeria anti comunista de un periódico de la CDMX, pareciera que intenta revivir la lucha en contra del laicismo, provocando un temor absurdo, xenófobo y chovinista, es preocupante e irresponsable que se impulse en el país un ciclo creciente de supuesto anti comunismo promovido erróneamente en contra de las reformas de la 4T; la pobreza y desigualdad crecientes, la marginación, las faltas de educación y salud debieran ser causas evidentes, urgentes de resolver. 

Lo que parece es que hay un sector de la población que reacciona con histeria y prejuicios cuando se toca la cuestión de la educación, pero también se intuye un prejuicio fundado a lo que se malentiende por comunismo, pensando que son las ideas las que cambian al mundo, cuando es el ser social el que promueve los cambios (K. Marx), en este caso las ideas del Marx, Lenin y toda la corriente de fantásticos pensadores, como los de la Escuela de Frankfurt, Alemania no pueden ser ignoradas y borradas ya que desarrollaron una teoría crítica de la cultura del consumidor, la publicidad, los medios de comunicación y otras formas de cultura popular.

Estimo que es necesario entrar en esta polémica, no ignorarla, a nadie conviene la exclusión, Elvira Concheiro es una comunista de gran trayectoria que ha enseñado mucho a las nuevas generaciones y a la que hay que seguir escuchando.

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