La necia realidad

Como es usual en estas fechas, Transparencia Internacional presentó su estudio sobre Percepción de la Corrupción en el mundo. Los resultados siguen siendo tristes para México, pues a pesar de que se mejoró durante 2019 un punto con respecto a la edición anterior, seguimos estando en la parte media-baja de la tabla ocupando el lugar 130 de 180. Somos, de acuerdo con la percepción de los ciudadanos, la nación más corrupta entre los países miembros de la OCDE.

El diagnóstico ofrecido por Transparencia Internacional, de entrada, sirve para derribar una muy frecuente justificación que se utiliza desde el gobierno federal para, por ejemplo, explicar la razón por la que se emplea la adjudicación directa como mecanismo predilecto para la contratación de obras públicas y demás adquisiciones: “ya no hay autoridades corruptas”.

De acuerdo con la percepción ciudadana sí que las hay.

Ante esa realidad el gobierno federal, junto con las autoridades estatales y municipales, debe mostrar una mayor voluntad política para apegarse a lo que dicta la Ley y a las recomendaciones de las Organizaciones de la Sociedad Civil. Es necesario que se establezcan metas puntuales tendientes a disminuir a su mínima expresión ese mecanismo de compras.

Pero, además, el gobierno federal debe dejar de obstaculizar los esfuerzos del Sistema Nacional Anticorrupción. No fue un capricho su creación, sino que obedeció a una necesidad. ¡Qué bueno que se frenó la caída en picada que se había presentado en las ediciones anteriores! Pero, al mismo tiempo ¡Qué lamentable que como consecuencia de pacto del PRIMOR a los grandes corruptos del sexenio pasado no se les toque ni con el pétalo, ya no de una denuncia, de una mención siquiera!

Pero, más allá de la impunidad de la que gozan Peña Nieto y los suyos, así como en el pasado se aceptó el resultado ofrecido por Transparencia Internacional y se utilizó para fustigar a los gobiernos en turno, así ahora debe reconocerse que el “ejemplo”, si lo hay, no alcanza. Y que repetir hasta el cansancio que ya no hay corrupción, no modifica la necia realidad.

@marcelotorresc

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