La montura muzqueña más grande del mundo

Por David Alonso

Ser muzquence es una de las cosas que me dan orgullo de ser, primero porque de este pequeño pueblo del norte de México son mis padres y segundo porque ahí forjé los fundamentos de mi profesión actual. Hace casi un año, recibí la invitación de un amigo a participar en lo que entonces era un proyecto que me pareció muy interesante, se trataba de construir la silla muzqueña más grande del mundo. Inmediatamente pusimos manos a la obra para reunir todos los elementos para ello como, patrocinadores para la manufactura y la inscripción al Guinness World Record, un buen fustero capaz de construir el fuste para el proyecto y un buen talabartero para vestirlo.

La pequeña ciudad norteña Muzquiz, Coahuila, desde su fundación como Presidio español en 1737, fue reconocida por su bendecida geografía para el crecimiento de la ganadería y con ello el desarrollo de habilidades y destrezas de sus pobladores para este fin. Lo anterior llamó la atención de importantes ganaderos americanos que desde finales del siglo IX se establecieron en algunas haciendas y ranchos dentro de las inmediaciones del Municipio, trayendo consigo gran influencia en la manera de manejar el ganado. Las grandes extensiones de terreno y las escarpadas serranías que rodean Múzquiz, en algunos casos dificultaban el manejo del ganado y esto fue el principal ingrediente para que a principios de los años 1900’s, los reconocidos “Vaqueros de Santa Rosa” (como se les conocía a los vaqueros muzquences), tomaran elementos de las sillas de la época para diseñar la propia, como el estilo de las llamadas “bear trap” o “widow maker” (trampa de oso o productora de viudas), que les permitía un mejor manejo de sus cabalgaduras para lazar el ganado a campo abierto y la doma de los mismos. La montura muzqueña se hizo famosa no sólo localmente, sino en todo el norte de México y sur de Texas en Estados Unidos, caracterizándola su cabeza de madera.

La montura muzqueña se hizo indispensable para el manejo del ganado de todos los ranchos y haciendas del centro y norte de Coahuila, incluso, reconocidas haciendas como El Tule, La Babia o El Fortín, tenían sus propias variantes de la misma de acuerdo al caporal en turno de la época. En algunas haciendas se preferían los hombros boleados y en otras tableados, algunas les gustaban los hombros de 10 pulgadas y en otras de hasta 14, por lo que los fusteros del pueblo con sólo decir el nombre del rancho ya sabían las características del fuste. Según cuenta Don José Ángel de León, fustero de tradición familiar y que al día de hoy cuenta con más de 90 años de vida, que su padre fue el primer artesano formal de fustes que tuvo Múzquiz y que todos sus hermanos al igual que él se dedicaron a la manufactura de los mismos, tanto de sillas mexicanas (charras) como americanas (como el se refiere a las muzqueñas).

Las sillas muzqueñas son elaboradas con fustes de madera de pino con incrustaciones de nogal o sabino y son recubiertos de cuero crudo de res para darles resistencia. Una vez seca la cubierta del fuste se viste de cuero curtido y los bastos se forran de salea de borrega o fieltro sintético para que sean más cómodas para el lomo del caballo. Los estribos llevan una cubierta a la que se les llama tapaderas, las cuales pueden ir cocidas o con remaches de cobre. Una buena muzqueña puede durar en uso más de 30 años e incluso heredarse por generaciones por su buena manufactura.
Este tipo de sillas se han convertido en una artesanía de la actualidad y son un ícono de la tradición ganadera del norte de México y de identidad para el pueblo de Múzquiz, Coahuila, pues son muchas las anécdotas y vivencias que un “Vaquero de Santa Rosa” pudiera contar al haber pasado gran parte de su vida al lomo de un caballo sobre una montura muzqueña.

Por lo anterior, el proyecto de construir la montura muzqueña más grande del mundo, se convirtió en una buena manera de dar a conocer este característico legado ecuestre que viajará de manera itinerante por las principales ferias nacionales e internacionales, situando al pueblo de Múzquiz, Coahuila, México en el contexto mundial.

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