La emergencia en la biodiversidad

Recientemente se dieron a conocer hechos que angustian, la humanidad induce con rapidez el fin de la vida en nuestro planeta, no es catastrofismo, un ejemplo entre mil, la presa Madín en el municipio de Naucalpan, Estado de México, pasa por una etapa de grave contaminación, miles de peces carpas, flotan muertos en sus aguas envenenadas y otros tantos luchan por sobrevivir buscando oxígeno, es desolador.

Trabajadores recogen los animales muertos y los entierran en fosas. El fondo de la presa está colmada de materia orgánica que impide que los animales respiren y aspiren el oxígeno que les da vida. Los activistas del medio ambiente atribuyen los hechos al bajo nivel del agua y a las descargas de desperdicios de los desarrollos inmobiliarios, el daño de la presa es letal. Las más de 200 aves migratorias se han desterrado, solo quedan una cuantas. Los más de 30 mil habitantes de la zona también se ven afectados, se quejan, pero no hay autoridad que los atienda. 

Casos como el narrado se encuentran por miles en este país. ¿Somos depredadores por naturaleza, destructores? Lo estamos haciendo y el planeta está respondiendo, ha empezado a destruirnos a nosotros. El principal motor de destrucción es la economía neoliberal que privilegia las utilidades del corto plazo de las élites por encima del bienestar de las personas y del planeta, el extractivismo inmoderado de hidrocarburos y productos minerales, la explotación de los océanos con la sobrepesca y el hiperconsumismo porque se cree que comprar es la felicidad, es la cultura del desperdicio, así hemos desequilibrado al planeta. 

La pandemia que vivimos es una catástrofe, un apocalipsis planetario y también estamos en una urgencia climática que ya padecemos, México está viviendo los efectos de la escasez de agua y su contaminación, en el mundo hay huracanes intensos, terremotos, inundaciones, hambrunas, emisiones de efecto invernadero fenómenos que aumentarán y nos sitúan en una emergencia de biodiversidad por la extinción de las especies de manera que si no paramos de destruir a la naturaleza, ésta destruirá a la humanidad, como está ocurriendo. 

La naturaleza nos ha hecho tomar conciencia de nuestra fragilidad, y de la interdependencia estricta que existe entre naturaleza y humanidad, porque somos naturaleza y no podemos dominarla porque somos codependientes con ella, o la protegemos o nos destruye. 

No es posible ignorar la emergencia social en la que la distancia entre ricos y pobres es imparable y abre el camino a la manipulación, a la desinformación, lo cual nos conduce a desafíos terribles, los científicos calculan que para 2030 la deforestación y las emisiones de efecto invernadero deberán reducirse a la mitad y llegar a cero en 2050, los países ricos deben actuar con prisa, el tiempo apremia, se tienen planes para alcanzar esas metas pero urge comenzar, optar por las energías renovables y encontrar un sistema distributivo distinto.

El problema es que nos gobiernan las corporaciones y los bancos que son mecanismos diseñados para generar ganancia y los políticos están supeditados a ellas, doblegar a las corporaciones parece imposible, pero los expertos expresan que ya se ha comenzado, hay países que cuentan con sistemas para modular a la banca e inducirla al cambio e invierta en energías limpias y renovables.

Ante este apocalipsis hay grupos, sobre todo de jóvenes de la Unión Europea que se  están empoderando y reaccionando para presionar y que se emitan resoluciones transparentes en sus elecciones, la crisis climática fue un tema principal, lo que dio origen al Acuerdo Verde para que tome la ruta de una transformación a profundidad de su economía y su sociedad para alcanzar la neutralidad climática, descarbonizando Europa de manera verde, fue el acuerdo; también en los Estados Unidos Joe Biden presentó una agenda ambiciosa sobre el cambio climático. Otro ejemplo es Costa Rica que está impulsando un plan para descarbonizar sus sectores, modernizar su sistema de transporte público para que sea limpio tienen una ecoagricultura, entre otras medidas. 

Son cambios pequeños pero indican una transformación de mentalidad, de conciencia para el cambio sustentable; en México el activismo ambiental es débil y el gobierno no muestra acciones que vayan por la vía de la detención para la extracción de los hidrocarburos y la promoción de las energías verdes y eólicas, lo que se está haciendo es reforestar y es bueno, por algo se empieza. Ante la urgencia climática y las pandemias, lo urgente es defender la vida natural que es tanto como como defender la vida humana.  

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