Fracking, sí. Rocío Nahle

La secretaria de Energía, Rocío Nahle, dio un viraje de 180 grados en el discurso público del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en materia de explotación de petróleo y gas.

La responsable de la política energética de México dijo que este gobierno sí utilizará la técnica fracking, como se le conoce en inglés a la fracturación hidráulica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo.

Pero también, advirtió, se utilizará la tecnología más avanzada y de menor impacto ambiental, que “todavía es más cara”.

El anuncio de la funcionaria contradice al no rotundo al fracking, que hasta ahora venía repitiendo en sus discursos el presidente de la República.

Nahle se refirió al tema en respuesta a pregunta expresa de uno de los participantes en el foro Energy México —organizado por las firmas de consultoría EnergeA y HCX, y E.J. Krause Tarsus de México, empresa líder en el desarrollo de foros internacionales de negocio en México—, en el que se reúnen los tomadores de decisiones, inversionistas, expertos y analistas del sector de energía de distintas partes del mundo.

Ahí fue donde Nahle anunció que este gobierno sí utilizará fracking.

Llamaron la atención sus declaraciones porque aclaran el rumbo del nuevo gobierno.

Y es que con las declaraciones presidenciales parecía que de un plumazo se descartaba la tecnología del futuro; la tecnología que le permitió a Estados Unidos dejar de ser importador y convertirse, en exportador, en apenas una década.

El no rotundo presidencial al fracking implícitamente descartaba un camino seguro para revertir la caída de la producción petrolera.

Parecía un sin sentido, cuando uno de sus objetivos reiterados es precisamente detener y revertir la declinación en la producción de crudo.

Fractura, la innovación
Hay que recordar que la fracturación hidráulica representa quizá la más importante innovación energética en varias décadas y está siendo utilizada no sólo por Estados Unidos sino por muchas naciones, especialmente las más avanzadas.

Con esta técnica, los países que la han utilizado han podido aumentar sustancialmente sus reservas petroleras probadas y la explotación del gas shale.

No sólo eso, han logrado aumentar la tasa de crecimiento del PIB, el empleo y los salarios, y al mismo tiempo han reducido los precios de los energéticos.

El tesoro

De ahí la importancia de la “nota” (como se dice en la jerga reporteril) que dio Nahle.

Al decir que México sí usará la técnica fracking, ¡los escenarios de producción energética de México cambian radicalmente!

México posee un enorme tesoro factible de explotación, vía fracking.

La noticia es que México cuenta con un extraordinario potencial de explotación de sus yacimientos energéticos no convencionales.

México ocupa el sexto lugar mundial en volumen de recursos provenientes de este tipo de yacimientos.

Los yacimientos no convencionales, entre otros, se refieren a la explotación vía el fracturamiento hidráulico (conocido en inglés como fracking) de aquellos, diferentes a la exploración y explotación de petróleo y gas que se ha realizado hasta ahora en nuestro país.

Un dato puede dar idea de la dimensión de lo que representan estos yacimientos no convencionales: más de la mitad de los recursos prospectivos de petróleo y gas del país se encuentran en no convencionales: ¡60,000 millones de barriles de petróleo crudo equivalente!
Estos recursos son superiores a la producción acumulada de petróleo en toda la historia del país (100 años) y podrían satisfacer la demanda actual por hasta 60 años.

Otro dato impresionante: de la riqueza petrolera que aún se mantiene en el subsuelo nacional, 53% está en yacimientos no convencionales.

Rocío Nahle fue espontánea en su respuesta. Atendió varias preguntas de los asistentes, luego de su breve discurso en el que dijo que el gobierno lopezobradorista respetará los 107 contratos asignados con la reforma energética y mencionó que el objetivo es lograr superávit en la balanza comercial petrolera, al final del sexenio.

También anunció que la refinería de Dos Bocas se hará mediante adjudicación directa para evitar la participación de empresas internacionales con antecedentes de

EL Economista.

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