Estamos a tiempo

México está cambiando: es más violento que nunca, su economía ha perdido capacidad para crecer y crear más empleos, se debilita a las instituciones, se desprecia el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil y de la comunidad científica, en fin… Una transformación a todas luces indeseable. Para decirlo rápido: vamos totalmente en sentido contrario.

Y pese a la evidencia hay quienes siguen justificando al actual gobierno federal y perdonando, no sólo las mismas fallas que antes criticaron tan ácidamente a los anteriores presidentes, sino algunas bastante peores. Así, es imposible que se rectifique y se retome el rumbo que conduce hacia un México más próspero y justo para todos.

Hay todavía posibilidad para el cambio si se dejan las necedades de lado y se toman las decisiones correctas, que incluyen la austeridad, por supuesto. Insisto en que se tiene razón cuando se habla de la necesaria aplicación eficiente de los recursos. Pero, hablando de administración pública, lo que estos deben conseguir son mejoras en la calidad de vida de todos los habitantes de nuestro país y no simples “ahorros”.

Pero, la receta también pasa por dejar de gobernar a partir del resentimiento y la venganza. Cada vez que el partido en el poder decir algo pensando en dañar a sus adversarios políticos, en lugar de beneficiar a la población, el que pierde es México. Lo digo con total claridad: el resentimiento y la revancha son muy malas razones para la acción humana, peor cuando de dictar política pública se trata.

Por lo anterior, el gobierno debe dejar de lado el discurso divisionista, empleado para justificar su actuar. Los resultados allí están a la vista de todo el mundo. La venganza de unos cuantos no ha salido carísima. Ahora, por responsabilidad y amor a México, es fundamental que se abandone la doctrina del odio y el rencor. Los agravios del pasado allí deben quedar. Eso no significa que no haya justicia. Que vayan presos todos los corruptos, incluido Peña Nieto al que este gobierno no toca ni con el pétalo de una rosa.

La única buena noticia proveniente de la 4T es que todavía estamos a tiempo.

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@marcelotorresc

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