El PRI y las costumbres históricas

Justificaba el expresidente del PRI Coahuila, Horacio Del Bosque Dávila (qepd) el que el gobierno pagara las campañas del partido, con que eran “costumbres históricas”.

Por supuesto, Lacho se refería a las épocas cuando solo el PRI era gobierno y era partido en el poder, únicos, hegemónicos, gandallas. Luego que ya no lo fueron y la alternancia llegó, los priistas seguían cometiendo ilegalidades y al cabo era la fuerza de la costumbre.

Con esas costumbritas transita el PRI “en la modernidad política y electoral”, esa donde la lealtad es lo de menos y cuando ¡los principios son finales! Un PRI hoy reducido, acotado, vergonzosamente vendiéndose al gobierno federal en manos de sus enemigos, y a cambio de impunidad para sus carreras corruptas.

Y claro, un PRI de espaldas al pueblo y es que … dar la espalda es costumbre arraigada, también, en esos cuadros distinguidos del expartidazo (pregunten al capo Rubén Moreira, por abundante ejemplo).

Otras costumbres

En los 4 gobiernos estatales que le quedan al PRI (Estado de México, Hidalgo, Oaxaca y Coahuila) hay una constante: comprar acreditaciones, premios y encuestas para entidades, gobernadores y alcaldes.

El caso de Coahuila es de burla total. Acá se compran calificaciones hasta de buena deuda cuando se deben 46,000 millones contratados con papeles falsos, restringida la información por el servil Congreso para que no se compruebe que es dinero robado en un gran porcentaje, pagándose a razón de 25,000 millones por sexenio solo de intereses a una banca que se prestó y presta al negocio corrupto. 

Y así se compran calificaciones del mejor en todo cuando la realidad es otra más fea, como ellos, como sus modos y costumbres históricas, mafiosas. 

Resulta que quieren que los incultos y los comelonches crean que el gerente del moreirato, Miguel Riquelme no es un empleado de los Morera y que es calificado como el segundo mejor el país, bueno hasta que su brillantes es tal que es de los que pueden ser candidatos a la presidencia de México (no se tantean en la barrabasada, deberían ir buscando donde esconderse al cabo de sus insignificantes y cochinas administraciones).

También los alcaldes, algunos chiflados, compran calificaciones. Lo hizo Manolo Jiménez para ser el candidato del PRI a gobernador y parece que le va funcionando y es que entre grillos la olla resuena y es que la finta fue para los finteros.

Los nuevos también

Los nuevos alcaldes en Coahuila, unos de los 38, siguen las costumbres de sus compañeros del PRI.

Resulta que Chema Fraustro Siller ya es el segundo más bonito (y flaco, y elocuente, y honesto, y serio, y buena persona, y aterrizado, y ejecutivo, y nada soberbio) del mundo mundial. Que tal José María, se fue de compras con Mitofsky, jaja, patético.

Pero igual compró encuesta el de Torreón, Román Alberto Cepeda y la de Piedras Negras, Norma Treviño. Todos salieron aplicados y aprobados. Es mágico.

Persisten, impunes

Coahuila desde el gobierno estatal (del moreirato ampliado) es corrupto y está impune.

Coahuila vio diluirse su prestigio ante la fealdad de los gobiernos Moreira, de su Interino y de sus gabinetes del diablo. Las notas del despropósito Moreira, (de sus robos y gandallismos, del saqueo y la quiebra financiera consecuente, de la colusión criminal y la asociación delictuosa), llenaron los espacios mediáticos arrastrando la vergüenza social por el extremo de la corrupción, nunca imaginada.

PRI, costumbres históricas y mafia perene, esa trifecta persiste, aunque acotada, porque el gobierno federal, este de AMLO (como los anteriores), los usa y tolera, por impura consecuencia.

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