¿Derrotados?

Las elecciones del pasado domingo 18 fueron el paradigma de una guerra desigual, mientras la mayor parte de la oposición partidista peleaba con palos y piedras, el PRI apostado en sus trincheras con artillería pesada, los derribaba dejándolos fuera de batalla.

La campaña del PRI, comandada por el gobernador desde antes que llegara la contienda final, arrasó con sus contarios, el resultado era previsible.

Coahuila ha sido priista y panista, desde hace décadas, la izquierda no pintaba; el PAN en Coahuila ha sido una oposición que ha gobernado diversos municipios, ha ganado diputaciones locales y federales, así como senadurías, pero no ha logrado arrebatarle la gubernatura al PRI, el PAN es parte importante de la historia electoral en el estado conservándose como segunda fuerza electoral desde finales de la década de los setentas.

Ahora sorprende que el PAN haya caído en la elección del domingo pasado al 3º lugar, obteniendo 83,469, votos que representan el 9.90%, siendo desplazado por Morena partido que logró 163,061 sufragios que representan el 19.34% a pesar de no ganar ningún distrito de mayoría relativa, alcanzó 5 diputaciones de representación proporcional, colocándose en el 2º lugar, después del PRI.

La coyuntura que está viviendo el partido Morena en este momento es explicable, se trata de una organización partidista que cuenta con menos de 6 años de competir como institución partidaria, y la cultura priista está impregnada en el ADN de la población y ahora ganó ayudado por las dádivas a los votantes, por ello vemos que los chapulines PRIAN en gran medida conforman a Morena, hay pocos auténticos y éstos son en parte los que han trabajado con AMLO desde 2005.

Morena se ubicó en el segundo lugar en esta elección y los porcentajes de los votos emitidos respecto de las listas nominales son casi idénticos:  en estos años, 39.50% en 2014 y 39.38% en 2020, lo que puede verse es que, a pesar del coronavirus, la participación electoral se mantuvo, los porcentajes lo muestran.

Morena enfrentará el año próximo, las más grandes elecciones de la historia nacional y los resultados en esta elección de diputados locales no pueden verse como una derrota, porque, aunque durante todo el siglo 20 y el 21 el PRI ha sido gobierno Morena prácticamente iguala los porcentajes electorales, de manera que, va para adelante, pésele a quien le pese.

También llama la atención el costo económico que se elevó aproximadamente a una inversión de 120 millones de pesos, que pudieron haberse ahorrado si el INE y el gobernador hubiesen aceptado que, la pandemia era una razón más que suficiente -cuidar la salud de los ciudadanos- para trasladar la elección al 2021, esos son otros resultados; Riquelme lloriquea por la austeridad en las participaciones del presupuesto federal, pero ya mostró que dinero no falta, además, la cuestión es que Coahuila tiene casi un 40 % de población con carencias sociales y de ingresos y  un 4.5 en pobreza externa (CONEVAL, 2018), a ellos no los ve.

Por otra parte, conviene atender que Morena, aún no llega a los 6 años de fundada, y ahora su representación en el Congreso será prácticamente simbólica, porque con el mayoriteo del PRI arrollará a toda la oposición.

Morena en estas elecciones superó al PAN, aunque bajó levemente su votación fue suficiente para quedar en segundo lugar. Es importante enfatizar que como lo expresó el senador Armando Guadiana, la dirigencia estatal de Morena se alió con los adversarios, esto es inaudito, pero todos los militantes que quieren verlo lo reconocen.

Morena resurgirá,  no está derrotada, si los infiltrados son priistas o panistas, oportunistas ellos,  serán echados fuera.

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