De Saltillo para el mundo

El sarape es la prenda tradicional por excelencia de la capital de Coahuila. Es un textil multicolor de forma rectangular, regularmente de 1.2 metros de ancho por 2.4 de largo, compuesto de tres partes: un centro, formado por un rombo o medallón; un fondo, de rayas de colores, aunque pudiera ser liso; y un marco delgado, generalmente del mismo diseño del centro, que bordea los cuatro lados, dos de ellos terminados en elegantes flecos.

Aunque existen investigaciones y teorías factibles sobre su origen y significado, la realidad es que ambas continúan siendo un misterio. 

El esfuerzo colonizador de la Corona trajo a lo que ahora es Saltillo grandes agrupaciones de tlaxcaltecas quienes fueron los primeros tejedores que dieron vida a la prenda, aprovechando la presencia de ovejas españolas y la existencia de telares rústicos en la región. Utilizando como base el algodón e hilos de lana coloridos con tintes derivados de la flora y fauna del desierto, los artesanos ancestrales lograron generar esa suavidad y esa fiesta de tonalidades característica del sarape de Saltillo. 

El sarape comenzó a ser comercializado y exportado a través de la Feria de El Saltillo, la más importante del norte de la Nueva España, desde el Siglo XVII. En las inmediaciones de la parroquia y el barrio de San Esteban de la Nueva Tlaxcala se daban cita vendedores y compradores del resto del Virreinato, así como de Asia y Europa, que viajaban en la Nao de China que echaba anclas en el puerto de Acapulco. A partir de entonces, los sarapes ahí comercializados comenzaron a competir con los tejidos más finos del mundo.

El sarape no es solo el resultado de la mezcla de dos culturas, la europea con la manta española y la mesoamericana con la tilma prehispánica, sino también fue el punto de encuentro entre las distintas castas y clases sociales. Era una prenda utilizada por los jornaleros agrícolas y mineros, ya que al usarla tenían los brazos libres para trabajar, pero también por las clases altas y la nobleza, que la portaban como complemento a su vestuario.

Hay algunos historiadores que consideran oriental el origen de su diseño. Otros, le otorgan un antecedente arabesco. Al diamante de su centro le asignan un significado de abundancia; de cualquier forma, es esa joya la que descompone el haz de luz en los siete colores que conforman el arcoíris y que están presentes en el diseño del sarape. Las sombras, los tonos oscuros y las franjas de flores representan los hermosos atardeceres y la riqueza de las especies del desierto chihuahuense. La bandera nacional también forma parte integral de la prenda, en las líneas tricolores que la adornan.

Ya sea con diseños lisos o aserrados, simples o con bordados de oro y plata, grandes o pequeños, o cuál haya sido su origen y significado original, el sarape es símbolo de la cultura y la tradición, no solo saltillense, sino mexicana. Representa nuestro folclore como país, nuestra alegría como pueblo, nuestra aspiración como sociedad. El sarape de Saltillo nos une a todos los mexicanos.

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