Cuento corto de García Márquez   

Un científico, que vivía preocupado con los problemas del  mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en 
su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.

Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido 
a ayudarlo a trabajar.

El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado.

Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en 
algo que pudiese darle con 
el objetivo de distraer su atención.

De repente se encontró con una revista, en donde había 
un mapa con el mundo, justo 
lo que precisaba.

Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y 
junto con un rollo de cinta 
se lo entregó a su hijo 
diciendo: “como te gustan 
los rompecabezas, te voy 
a dar el mundo todo roto 
para que lo repares sin 
ayuda de nadie”.

Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no 
fue así. 

Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño 
que lo llamaba 
calmadamente.

“Papá, papá ya hice 
todo, conseguí terminarlo”.

Al principio el padre no 
creyó en el niño!

Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza 
de que vería el trabajo digno 
de un niño.

Para su sorpresa, el mapa estaba completo.

Todos los pedazos habían 
sido colocados en sus 
debidos lugares.

¿Cómo era posible? 
¿Cómo el niño había 

sido capaz?

De esta manera, el padre preguntó con asombro a 
su hijo:  

Hijito, tú no sabías cómo era 
el mundo ¿cómo lo lograste?  

Papá, respondió el niño: yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura 
de un hombre.

Así que di vuelta los recortes 
y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como 
era.

“Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo”.

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ 

MORALEJA
PARA ARREGLAR EL MUNDO, HAY QUE EMPEZAR POR ARREGLAR AL HOMBRE, EMPEZANDO
POR NOSOTROS MISMOS.

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