Carta al nuevo gobernador

A pocos días de la celebración de elecciones en Coahuila me permito escribir una carta dirigida al futuro gobernador de Coahuila.

Pero antes algunas aseveraciones, hasta ahora y conforme a que las boletas ya no serán modificadas. Algo sabemos, en la boleta de Coahuila aparecen hombres y en la del Estado de México mujeres. A menos que uno de los candidatos tome decisiones relevantes que modifiquen algo más que su plataforma de trabajo podemos suponer que el siguiente gobernador en Coahuila será hombre y en el Estado de México será una gobernadora. Soy nadie para dar consejos ni andar orientando algo más que no sea el tráfico, pero con algunas canas ya en la barba y pasando los cuarentas soy un don, un don nadie. Así que con toda licencia que la escritura confiere me permito compartir la carta que enviaría al nuevo gobernador de mi estado. 

Señor Gobernador; Los altos cargos y grandes oficios siempre son ocasión de reiterada atención. Por ello escribo, pensando que sabe mucho el que camina, aunque sea bastante distraído. Recuerde que el contrato es de renta no es de propiedad, todo pasa. Los altos honores siempre confían falsedades y lesionan las amistades. Valore el tiempo y la familia que es lo que se queda tras el mandato. El saludo será más buscado para tomar que para entregar. 

En muchas ocasiones, la mayoría de ellas, la mejor gente y la más interesante no estará en la primera fila, de vez en cuando salude a otra fila. Es extraña la acústica, se escucha siempre lo que se dijo hace tiempo. Y algunas voces cambiarán el pasado y el futuro, aunque solo se digan en el presente. La nostalgia del cargo siempre existe, y se cargará con ella. Se siembra, pero sobre todo se cosecha lo sembrado. Extraña peculiaridad tienen los altos cargos que aumentan amistades, enemistades y familiares. Tómelo en cuenta porque entre ellas se pueden confundir las verdaderas. 

Por sobre todo siempre es más fácil entrar que salir. En los problemas, en las adicciones y en los cargos es igual. En todo destino solo hay dos caminos, la preparación o la reparación, lo mismo en las andanzas del gobierno. La soberbia nunca es buena consejera. Hay que mantenerla a flote. La definición exige atención y enfoque. Todo tiene su pago, mucha información sacrifica atención, compañía exige conexión. Entonces, señor Gobernador usted estará cercano de los lejanos y lejano de los cercanos. Porque los problemas, las políticas y la política tiene un especial impacto en acercar lo que se ve lejos. 

Aunque el pasado forma, el ayer morirá mientras duerma, entonces el presente y el futuro serán los dos motivadores principales. No resguarde, como prisioneros de guerra rencores y dolores añejos, que se vayan con el ayer, porque la mucha carga hunde y la justicia se puede confundir con la venganza. 

La historia es escueta, pasado un tiempo solo aparecerá su nombre entre dos años; el inicio y el final. Al final solo es trabaja por un guion entre fechas que cuenta todo lo que se hizo. Pero sobre esa limitación, fortuna de la vida, recuerde que todo se paga. Las deudas se cargan y la vida factura de una o de otra forma se hacen balances. 

No puedo firmar con un “suyo” porque nadie lo será de alguien más, entonces discúlpeme si omito esa romántica, pero no política formalidad.

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