El Covid-19 mermó las fuentes de empleos formales durante el año pasado en todo el país, registrándose 647,710 despidos; sin embargo, en este panorama de incertidumbre laboral, tres estados lograron mostrar saldos positivos: Baja California, Chihuahua y Tabasco.

De acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Baja California fue primer lugar en generación de empleos formales, con 27,952 trabajadores asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

La principal fortaleza del estado fronterizo, que es su vocación económica, fue el conjunto de industrias de transformación, con 29,023 altas; le siguieron agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y caza con 3,099; transportes y comunicaciones con 902; comercio con 541; industrias extractivas con 108, e industria eléctrica y captación y suministro de agua con 66.

No obstante, tres sectores económicos presentaron despidos: servicios sociales y comunales (728 bajas), construcción (2,440) y servicios para empresas, personas y el hogar (2,619).

Por tipo de empleo, de los 27,952 trabajos creados en Baja California, 25,986 correspondió a permanentes y 2,407 a eventuales del campo, mientras en eventuales urbanos se perdieron 441.

Esta entidad resaltó en el mercado laboral mexicano por incentivar, mediante esquemas de apoyos fiscales, ayudas sociales e inversión productiva, su principal sector: la manufactura. Además, todos sus municipios están, desde el 2019, en el programa federal de zona libre (aumento al doble del salario mínimo, IVA a 8%, ISR a 20% y homologación de los precios de los combustibles con los de Estados Unidos).

La segunda posición fue para Chihuahua –tiene municipios en zona libre– al presentar 10,695 nuevos trabajos formales en el 2020. Al igual que Baja California, su motor fue la manufactura, con 26,711 plazas creadas; otros sectores importantes fueron transporte y comunicaciones (1,492), servicios sociales y comunales (679) e industria eléctrica y captación y suministro de agua (125).

En tanto, sus debilidades fueron actividades primarias (pérdida de 361 puestos), industrias extractivas (501), comercio (2,148), construcción (4,041) y servicios para empresas, personas y el hogar (11,261).

De sus 10,695 empleos nuevos, 6,097 se refieren a permanentes, 4,480 a eventuales urbanos y 118 a eventuales del campo.

Estos resultados demuestran que estos dos estados del norte aprovecharon su vocación manufacturera y los beneficios del programa fronterizo para recuperar las plazas perdidas por el confinamiento total y paro de actividades no esenciales en abril y mayo, así como la baja operatividad y aforo en los meses posteriores.

Tabasco, territorio petrolero, completó el podio de las únicas entidades que generaron trabajos formales el año pasado, con 2,993 altas en el IMSS. Llama la atención que fue su segundo año al hilo con saldo positivo, ya que a partir de mediados del 2014, por la disminución en los precios del crudo y en la producción petrolera, se sumergió en una crisis económica.

La apuesta del gobierno estatal para combatir los estragos del Covid-19 fue la obra pública, acción que se reflejó en la creación de trabajos de la industria de la construcción, con 7,435 puestos, la cifra más elevada. Otros sectores con contrataciones fueron actividades primarias con 519; servicios sociales y comunales con 188, e industria eléctrica y captación y suministro de agua potable con 18. La rama con mayor merma fue servicios para empresas, personas y el hogar (3,534).

Del total, 4,852 fueron eventuales urbanos y 502 del campo, mientras en permanentes se registraron 2,361 despidos.

Motor apagado

En el otro polo se ubicó la Ciudad de México, el motor económico del país, ya que fue la entidad que perdió más trabajos formales en el 2020, con 223,379. Sus debilidades fueron servicios para empresas, personas y el hogar (150,766 bajas); comercio (50,513), e industrias de transformación (30,025).

No obstante, la estrategia capitalina de reactivación económica enfocada en la construcción dio resultados, debido a que este sector creó 6,620 empleos.

A la Ciudad de México le siguieron Quintana Roo (-97,381), Puebla (-39,172) y Guanajuato (-34,700).

Regional

De los 647,710 empleos perdidos el año pasado en el país, 48.4% correspondieron al centro y 26.0% al sur-sureste, es decir, del total de despidos, tres cuartas partes se concentraron en estas dos regiones.

El Economista