Basura electoral

Las precampañas en Coahuila por la gubernatura, se volvieron guerra sucia y basura electoral.

Las mañas del moreirato salen a relucir en ataques a opositores en los que se usa como esbirros a las temibles policías estatales (el cartel de los GATES) y al mismo Instituto electoral local (IEC).

Los capítulos de la Ley Electoral en Coahuila, son letra muerta, son violación sistémica y sistemática, desde el PRI Gobierno, que debe cumplirla antes que cualquier otro instituto o ciudadano.

Esa Ley Electoral que fue reformada en aplanadora tricolor y luego fue rechazada por el Tribunal federal y regresa a la versión anterior (no necesariamente del amañado Código Electoral), una Ley local, de por sí gandalla y priísta (reiteración).

Poder para poder

Ni ética ni moral, principios que… ya son finales.

La política en México se degrada, brincan de partidos motivados por el poder coyuntural y dejan claro esos disque políticos, que la ética y la moral no son suyos y que la ideología es asunto mínimo.

Temas como lealtad y la palabra empeñada se van a la basura, solo importa estar en el sitio que convenga a intereses económicos y de poder, por el solo hecho de la ambición desmedida y hasta desquiciada.

 ¡Poder para poder!, y en esa evacuación falsa, la gente es lo de menos y el servir resulta una idea retrógrada.

Árbitros y controles

En lo nacional, una cacería desde Palacio Nacional, al árbitro electoral y a órganos autónomos, una reforma electoral demencial y un Plan B, tranzado por traidores sin escrúpulos (Alito, Moreira y Viggiano).

En Coahuila el Instituto Electoral (IEC) se ha convertido en una oficina electoral del gobierno y del PRI.

Ni el INE doblegado y reducido por el Ejecutivo federal, ni el Ople local a disposición del gobierno estatal y en contra de los opositores al moreirato.

Justicia electoral

Ordenado por su patrón El Gordo Moreira, el gerente en Coahuila, Miguel Riquelme, manda detener a dos exalcaldes: Uno del PAN en Monclova y otro de MORENA en Parras. En tiempos electorales.

Coahuila, desde su corrupto gobierno, desde hace 17 años, se ha convertido en la tierra de la impunidad.

Gobernadores corruptos como los Moreira (Humberto y Rubén), Jorge Torres y Miguel Riquelme, gozan de absoluta impunidad a sus carreras criminales, Jorge Torres interino de Humberto Moreira por 11 meses, fue juzgado y esquilmado en Texas (por peculado y dinero ilícito), pero no en Coahuila donde no tiene denuncia alguna. El extesorero de Humberto también está en juicio, solo en Texas.

No hay un solo caso de gabinetes de estos gobernadores, ni de exalcaldes del PRI, que sean juzgados en Coahuila, mucho menos detenidos. La justicia Coahuila es electorera y opositora.

Basura

Los Moreira quieren ir por 24 años de poder, con Manolo Jiménez de muñeco de trapo para sus fines insanos.  En el esquema, Riquelme es solo un gerente de negocios tan corrupto o más que ellos. 

Coahuila sigue cautivo y muchos coahuilenses indignos se acomodaron al salpique de la corrupción del régimen criminal. La amenaza cierne sobre la entidad y la oposición se fragmentó hace tiempo, por artificios del PRI.

La basura electoral aniquila propuestas, las traiciones son moda indigna, ética y la moral son cosa del pasado, ese incómodo recuerdo que inquieta los corazones de muy pocos honestos en el degradado ambiente.

Surge un caudillo, cual secuela de revolución, ¿logrará en cuatro meses una leva suficiente, una tal que apabulle al corrupto y emancipe al pueblo encabronado?

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