98 Aniversario de La Narro… y lo que sigue

98 años cumple la gloriosa Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.

Nació por la visión y entrega de una Familia de saltillenses que lo dieron todo para formarla. Porque soñaron con una Escuela de Agricultura, una que enseñara a amar la tierra, a querer el campo, a sembrar para cosechar.

Antonio Narro Rodríguez y su Familia deben ser recordados por generosos y benefactores, por adelantarse al tiempo y por construir futuro. Por apostarle a la educación y darlo todo por la formación agropecuaria.

Los de La Narro

La Narro ha tenido etapas buenas, tiempos difíciles e hijos ingratos. Pero La Narro es mas, mucho mas que la corrupción de sus rectores y que la violación de su autonomía por políticos infames.

La Narro es gloria de maestros y estudiantes que han puesto y ponen en alto el nombre de Saltillo, de Coahuila y de México. La Narro son sus académicos, sus maestros e investigadores. Esa calidad excelsa de educadores que se entregan sin reserva. La Narro es por sus alumnos y egresados. Filón de la Patria. 

Los trabajadores de La Narro, a quienes honramos hoy, desde estas letras, la aman tanto como sus egresados. Ellos, discretos, han servido a la causa y al propósito mayor: La educación agropecuaria y el arraigo al campo.

Buenos directores y rectores ha tenido La Narro. Solo por nombrar de ejemplo (con el pecado de omitir), digo de 4: Lorenzo Martínez, Mario Castro Gil, Adán Rivera, Humberto Alvarado.

La cosecha (orgullosos Buitres)

Miles de hijos de ejidatarios, de amantes del campo, de humildes nacionales del sur y del norte, han egresado de sus generosas aulas.

Muchos egresados han triunfado en múltiples renglones de la vida académica, la empresa, la política, el sector social y la tecnología. Y es que ¡un Narro nunca será simple agrónomo!

Muchos egresados de La Antonio Narro, son personajes y se distinguen de entre el montón, porque ¡la Narro forma lideres y engendra campeones!

Larga vida

La Narro habrá de superar sus problemas y resurgir, de cara al mundo, por su pasado glorioso y por su grandeza consustancial. Porque ¡la valía de La Narro reside en la grandeza de su comunidad!

Larga vida a nuestra querida y respetada Narro.

A dos años de cumplir sus primeros cien, la vemos en el tiempo, desafiando el futuro y arraigada en el presente. Volviendo a sus orígenes y honrando a los Narro Rodríguez, sus iniciadores e inspiradores.

Una Narro, discreta y grande a la vez, honesta y comprometida: Formando agricultores y ganaderos, y reencontrando el camino de la educación agropecuaria y de la investigación, puestos al servicio de México, como sagrada vocación.

Es nuestro deseo por sus primeros 98 años de vida… ¡Viva La Narro!

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